La compañera Lucía Etcheverry explicó por qué es un error grave de la Rendición la propuesta por 20% de viviendas estatales construidas en madera.
En esta última Rendición de Cuentas un aditivo incorporado obliga al Estado a construir una de cada cinco viviendas en una nueva modalidad constructiva basada en la madera CLT (por “cross laminated timber”, en inglés, paneles de madera contralaminada)
En la actualidad solamente existe solo una empresa con capacidad de producción para cumplir con los niveles exigidos por la ley, de cara a la nueva propuesta de la Rendición.
La compañera Lucía Etcheverry señaló que esta empresa concentraría los beneficios normativos. La propia definición de vivienda de madera que apunta la ley identifica al CLT y excluye a otros sistemas constructivos que combinan madera con otros materiales, que tienen exitosas experiencias con el Ministerio de Vivienda, que son más adecuadas en determinados contextos y que son más baratos.
Por ejemplo, la diputada indicó que el llamado de la Agencia Nacional de Vivienda para viviendas en altura en Durazno está adjudicado a esta empresa y que el costo del metro cuadrado será de 2.800 dólares.
“Carísimo para vivienda social”, criticó la compañera.
La diputada Etcheverry apuntó a esta forma de incentivar la construcción en madera como totalmente inadecuada. Hay otras formas más eficientes para la promoción de tecnologías sin dejar al Estado así de comprometido y que le permite evaluar cada sistema constructivo para cada proyecto y lugar.
“Es imprescindible tener más madera en la construcción y más construcción de madera, pero no a costos tan altos con un solo proveedor. Hay tiempo de retirar este artículo y no cometer otro grave error del Ministerio de Vivienda”, finalizó Etcheverry.
Un nuevo farol para los compañeros, como los bautizó la compañera Lucía Topolansky a los locales en los barrios y pueblos de nuestro país, prendió la esperanza en Santa Lucía, Canelones.
El fracaso más absoluto del Gobierno es la juventud que se quiere ir del país, incluso más que durante la crisis de 2002, recordó Pacha Sánchez.
En los recursos que volcamos hacia los más jóvenes "se nos va el futuro, la panza y la cabeza de los gurises". Es la batalla relevante, señaló.
“Por ser de izquierda y progresistas ponemos en el mismo escalón la libertad, la igualdad, los derechos políticos y los derechos sociales. Eso es ser de izquierda y eso es ser progresista”.
El compañero Agustín Mazzini interpeló a las autoridades de la educación por los notorios problemas edilicios en liceos y la peor elección de horas docentes en décadas.
Criticado por la propuesta de donar el salario de presidente a un programa de viviendas para madres solteras, como ya supo hacerlo, Pepe respondió: el órgano más sensible no es el corazón, es el bolsillo y hay que golpearlo con fuerza.
