La casa de la democracia no pudo debatir los ribetes políticos del caso Marset impedido por el voto del oficialismo, cuando su tarea es discutir la conducta de sus gobernantes.
Nuestros compañeros en el Senado de la República criticaron la decisión del oficialismo que impidió el debate del caso Marset y sus derivaciones políticas en el seno de la casa de la democracia, el Parlamento. Los senadores consideraron que el Gobierno se organizó para mentir a los representantes de la gente.
Gran sorpresa por el voto en contra del oficialismo, marcó el compañero Sebastián Sabini. El Senado merece explicaciones y una disculpa porque el Gobierno se organizó para mentirle al Parlamento.
Ocultamiento, destrucción de documentos. ¿Dónde está la transparencia del Gobierno? hay un manto de dudas por si el narco ingresó a la política, ¿y el oficialismo no quiere debatir? ¿Cómo paramos el poder económico del crimen organizado para que no socave nuestras bases democráticas?
El escándalo dilapida el prestigio uruguayo en el mundo. Antes, el pasaporte era una garantía, hoy es una sospecha, finalizó el senador Sabini.
Los fueros de este parlamento fueron violados por este Gobierno, afirmó el compañero Daniel Caggiani, a su turno. Ocultaron información y mintieron sobre el caso Marset y sus derivaciones. Lo marcó la oposición y lo siguieron negando. Solicitamos pedidos de informes y accesos a la información pública. Recién hoy se conoce el trasfondo de esto y aún no conocemos todo.
Y todavía no sabemos por qué se interpretó la ley a favor de un delincuente. Lo peor es que el Gobierno, luego de cometer este acto, no se sincera ni pide disculpas, se organiza de la peor forma para continuar con el ocultamiento de información.
De forma vergonzante se graban, desconfían entre sí, se ocultan, se reúnen en Torre Ejecutiva para romper documentación. Falta poco y es parecido a una asociación para delinquir, expresó. El Parlamento tenía la oportunidad para debatir y señalar que esta crisis política tiene ribetes de crisis ética y moral. Había autoridades nacionales que no están cumpliendo con ese deber.
Quien fundamenta esta falta de discusión sobre estos temas es, justamente, quien preside la comisión de ética del partido de Gobierno y eso marca el talante de esta discusión, concluyó.
No estamos acostumbrados ni queremos hacerlo con escándalos y situaciones reñidas a nuestra forma de buen entender sobre la política y las instituciones.
No queremos acostumbrarnos a que ministros y subsecretarios se traten de “tarados”. No queremos acostumbrarnos a reuniones para mentirle al Senado. No me quiero acostumbrar que mientras todo esto ocurre el presidente decide quedarse donde estaba.
Por eso, esta moción se presentó porque el Parlamento no puede dar vuelta la página sobre este tema. Fue la bancada del Frente Amplio que pidió información, lo cuenten como lo cuenten, el presidente no está a la altura.
La bancada oficialista cometió un grave error. Silenciar el debate en el Parlamento no dice otra cosa más que las dificultades y debilidades de una bancada oficialista que no tiene la capacidad para afrontar este debate.
Aquí faltó explicar y condenar las conductas aberrantes de altas jerarquías del Gobierno que se complotaron para ocultar información. Evitar que el Senado discuta sobre esto es silenciar al Parlamento. Esto es inadmisible, es histórico.
Hay que explicar por qué se entrega en 24 horas un pasaporte a un narcotraficante “pesado y peligroso” cuando todo indica que ese trámite demora entre una semana y 10 días. O por qué se mintió en la interpelación. Marset cae preso en Dubái el 10 de setiembre de 2021, el 21 de ese mes se envía el ya famoso chat entre dos subsecretarios y la interpelación es de agosto de 2022. Y vinieron al parlamento a decirle que no sabían cuándo se tramitó el pasaporte.
No se puede explicar una reunión en la Torre Ejecutiva por la cual se entra por el “garaje” para discutir sobre eliminar pruebas porque el 25 de octubre de 2022 se debatió sobre la entrega de los chats de la subsecretaria en Juridica de Cancillería.
El Parlamento no tiene que discutir delitos, tiene que discutir la conducta de sus gobernantes. Y acá primó defender a los amigos y no serle leal a la gente.
“Mi deber como ciudadano y militante político es renunciar y presentarme ante la justicia para dar todas las explicaciones”.
La historia la construyen los de abajo, con el corazón abierto para luchar contra las injusticias sin pedir nada a cambio. Los que construyen el sueño de una patria para todos.
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