Pepe y Lucía participaron del evento que la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires tituló “Los desafíos de la integración latinoamericana”.
Lucía Topolansky reconoció el trabajo con mirada federal de los argentinos de la Cátedra Artigas y, a partir de ahí, refirió al viejo asunto de la integración regional, pendiente de resolución. Recordó la conversación de Simón Bolívar con un embajador inglés, quien le pregunta sobre la “patria grande” y si será real. “No sé si los americanos estarán a la altura de la idea”, respondió.
Pasaron más de doscientos años y seguimos buscando los caminos que buscaron Bolívar y otros ilustres americanos pero que aún no pudimos concretar por mil razones. La reflexión y el aporte de muchos podrá hacer que algún día los latinoamericanos disfrutemos de la integración, sin perder las particularidades de los pueblos.
El 30% del agua dulce está aquí, en nuestro continente. Contando solamente al Mercosur, tenemos el rodeo de ganado más grande del planeta. Lucía subrayó que nuestro continente no quiere atarse a ser eternos vendedores de commodities, queremos vender la inteligencia de nuestros ciudadanos.
Pero requiere de la unión de los pueblos. Una palabra, una voz en el mundo que pese, requiere la integración. Y esto tiene que ver con el futuro de cada país. Todo lo que se haga en esa dirección ayudará a los futuros gobiernos más allá de la orientación política, porque esto no es una cuestión de colores o ideologías, sino de un patrimonio colectivo de nuestro sur americano.
En este marco, los universitarios tienen un papel en la integración del conocimiento que se gesta en esta parte del mundo. Pero tiene que servirle a nuestros pueblos, no simplemente desparramarlos hacia otros países, para que el esfuerzo académico caiga sobre nuestros connacionales.
Esta tarea, mandato histórico y defensa de nuestros intereses, también es una puerta para ser protagonistas de la integración y la solidaridad entre hermanos latinoamericanos. Las soluciones, sin unidad, no las vamos a encontrar, definió Lucía.
“Ojalá me de la vida para ver el inicio de una integración. Y si no, será para los que vienen, que uarden el recuerdo de la generación anterior, que la peleó para que Sudamérica tenga un papel relevante en el mundo”, sintetizó.
“Mi deber como ciudadano y militante político es renunciar y presentarme ante la justicia para dar todas las explicaciones”.
La historia la construyen los de abajo, con el corazón abierto para luchar contra las injusticias sin pedir nada a cambio. Los que construyen el sueño de una patria para todos.
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Por un país que cuida la seguridad y orienta los recursos del Estado a atender lo que debe atender, no para perseguir intereses políticos, expresó Yamandú Orsi.