El reciente rechazo de varios partidos de oposición a participar del diálogo social pone en evidencia una contradicción entre el discurso y la acción. Hablan de políticas de Estado, pero no aceptan construirlas con otros.
Porque cuando el diálogo se convierte en política de Estado, no solo se construye el futuro: se fortalece la democracia. Escribe Sol Maneiro.
El futuro de la Caja está en juego. En el Parlamento se debate quién debe asumir el costo de su […]
Sin equilibrio en el esfuerzo, el costo lo paga la ciudadanía. La reforma de la Caja exige una salida justa y compartida.