La tasa de suicidio en Uruguay obliga al sistema político a delinear una nueva estrategia, ya que las implementadas hasta hoy han fracasado, señaló Alejandro Sánchez.
Atender un fenómeno de tal magnitud requiere sin dudas de políticas de Estado, pero también que nos repensemos como sociedad. Repensarnos cada uno desde el lugar que ocupe.
La realidad nos exige preguntarnos: ¿por qué la mayoría de quienes se quitan la vida en nuestro país son jóvenes o adultos mayores?, ¿qué está pasando con nuestros abuelos?, ¿qué está pasando con nuestros gurises?, ¿qué presente les ofrecemos?, ¿qué significa envejecer en esta sociedad digital?, ¿qué rol le da el Estado a las políticas de cuidados?, ¿qué significa ser pobre para un o una joven en un mundo donde se debe tener el último modelo de celular?, ¿cuánto se sufre siendo un o una adolescente con una corporalidad gorda cuando los patrones de belleza exigen otro modelo?
Necesitamos incorporar en nuestra convivencia una lógica más colaborativa y menos competitiva; afianzar nuestras redes comunitarias.
Necesitamos resignificar, deconstruir los conceptos de éxito, de belleza. Debemos poder charlar sobre la soledad, la tristeza, entre otros grandes temas. Sin duda, también es imprescindible mejorar los sistemas de salud, garantizando efectivamente el acceso, agilizando los tiempos de coordinación y atención con psicólogos y psiquiatras, reduciendo los tiempos de espera de los usuarios, en todos los prestadores del sistema de salud.
Como sociedad tenemos la posibilidad y la obligación de devolverle la ilusión a todos aquellos que la perdieron y construir así una comunidad, en la que cada individuo tenga deseos de vivir y en la que compartamos sueños, alegrías, tristezas, derrotas. Pero sobre todo… Esperanza.
Un daño a la política y a la esperanza de la gente. Se reconoció el error administrativo pero hay que saber hacia qué lugar se dirigieron esos fondos.
¿Cómo hace Uruguay para crecer y repartir, para generar trabajo genuino, para generar prosperidad en cada uno de sus territorios? Los desafíos que abordó Pacha Sánchez en entrevista.
La bandera sigue siendo la de un país más productivo, pero que reparta las mieles de manera justa. Escribe Pacha Sánchez.
Duros con la injusticia y la desigualdad. Claros a la hora de pensar los caminos para llegar al objetivo de una mejor calidad de vida para todos.
Necesitamos imperiosamente un gobierno decente y transparente “para que no hayan más estofados adentro de la Torre Ejecutiva”.
"Lo que tenemos que pelear es para que haya una ley que nos habilite no solo reducir la jornada de 8 horas sino que sean 6 horas de trabajo y 2 horas de estudio en el Inefop".