Pepe Mujica tenía un modo llano de hablar que primero generó respeto, después amor, explicó el diputado Valdomir.
El titular de la Cámara de Diputados, Sebastián Valdomir, recordó durante la transmisión especial de M24 el compromiso de José Pepe Mujica durante la campaña de 2024. Ya se conocía su enfermedad y, sin embargo, “él quería seguir estando en la medida de lo posible en las actividades que se organizaran”.
“Hay una foto importante e icónica, esa con un bebito en un changuito y Pepe extendiéndole la mano. Eso fue en Plaza Colón. El impacto era impresionante”, rememoró Valdomir. La enorme convocatoria de uruguayas y uruguayos que participó en el Palacio Legislativo de la despedida a José Mujica fue una síntesis del cariño que generó Pepe.
Valdomir recuerda sus diálogos con Mujica en la chacra, sobre todo durante la legislatura anterior, cuando el Frente Amplio era oposición. “La última vez que estuve con él conversando sobre material específico fue antes del 15 de febrero, cuando asumimos la nueva legislatura. Le llevé el borrador del discurso de la asunción de la presidencia de la Cámara. Lo trabajamos con Lucía, pero Pepe también metió cuchara”, dijo el hoy presidente de la cámara baja.
Su preocupación era “recuperar un clima de diálogo con la oposición”. Pepe decía: “Si perdemos cinco años más en buscar uno o dos votos, vamos a perder mucho tiempo”. Los temas de interés eran la inversión en riego, la productividad ganadera, el cuidado del agua y las empresas públicas.
Sobre la relación del país con el mundo, Mujica remarcó la necesidad de tener un consenso nacional en política exterior, de dialogar con Brasil, con Argentina, con América Latina. Para un país tan pequeño como Uruguay, sin eso, es muy difícil avanzar. “El gobierno anterior debería haber aprovechado más su vínculo con Lula”, dijo Valdomir en este contexto.
Valdomir comenzó a militar en el MPP en 2004. Al año siguiente, entrevistó a Mujica para la agencia Carta Maior. Destacó su cercanía con Gurises MPP, con el interior. En sus charlas, “no sabías con qué iba a salir, había que prestar atención”, explicó. “Y si hacías un planteo, no sabías cómo podía reaccionar. Pero nunca para matarte, sino para obligarte a pensar más allá. Era muy heterodoxo. Pensaba en el mediano y largo plazo, te obligaba a salir del día a día. Yo sentía la necesidad de aprovechar cada instancia con él, porque siempre podía salir con algo sorprendente”, dijo Valdomir en la entrevista.
Artífice de la victoria popular de 2004 junto a Tabaré y Danilo, Mujica fue un político que “se salía del molde” y “nunca dejó de predicar con el ejemplo”. Ese modo llano de comunicarse “primero le generó respeto, luego amor. Incluso en sectores que nunca votaron al Frente”, reconoció Valdomir.
“Era un militante que transmitía conceptualidad de forma llana. Eso acerca mucho”, prosiguió. En los 80 ya se destacaba. En los 90 se notaba que tenía una forma diferente de razonar. Después del 2010, como presidente, ya era un referente mundial. Iba a la ONU, se reunía con Chávez, con dirigentes globales, y su discurso era referenciado.
Sin embargo, “nunca perdió esa capacidad de transmitir cosas complejas de forma simple. Había leído, viajado, conocido otras realidades. Y supo comunicarlo”, sintetizó.
¿Cómo se sostiene su legado? Trabajando mucho. Haciendo que ese mensaje se transforme en hechos, dijo Orsi.
Si algo nos enseñó con su pasión es que este camino por hacer del mundo un lugar mejor nunca es individual; siempre es colectivo.
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Ciencia y trabajo en muto apoyo. Diálogo permanente y democracia plena, parte de los desvelos de José Pepe Mujica.