Uruguay amplía derechos: Bettiana Díaz destacó la libertad y la dignidad como pilares de la ley de muerte digna.

17 de octubre de 2025

En una sesión cargada de simbolismo y debate histórico, el Senado aprobó este martes la ley que regula la eutanasia, convirtiendo a Uruguay en el primer país de América Latina en legalizar esta práctica por la vía legislativa. La iniciativa, que venía discutiéndose desde hace varios años en el Parlamento, contó con un respaldo amplio y marcó un nuevo hito en la ampliación de derechos en nuestro país.

El cierre del debate estuvo a cargo de la Senadora Bettiana Díaz, quien definió el momento como una «responsabilidad histórica» y subrayó que la aprobación de la norma representa «un avance importantísimo en la legislación uruguaya». En su intervención, Díaz citó a Nelson Mandela para enmarcar el sentido del proyecto: «Ser libre no es solamente desamarrarse las propias cadenas, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás».

La legisladora insistió en que el debate sobre eutanasia no divide entre «buenos y malos», sino que pone de manifiesto «diferencias ideológicas y filosóficas profundas» acerca del rol del Estado, la libertad individiual y el sentido de la dignidad humana. «No creo que quienes apoyamos esta ley estemos a favor de darle muerte a la gente, así como tampoco creo que quienes se oponen quieran prolongar el sufrimiento ajeno», sostuvo.

Díaz rechazó los argumentos que oponen el desarrollo de los cuidados paliativos a la aprobación de la eutanasia. Recordó que la ley de cuidados paliativos, aprobada en 2023, aún no fue reglamentada y que «si realmente hubiera voluntad política de garantizar el acceso universal, esa reglamentación ya estaría vigente». En ese sentido, calificó de «falsa oposición» la idea de que la ley de muerte digna implique desatender la política de cuidados.

La senadora tambipen defendió la laicidad del Estado uruguayo como principio rector del debate: «somos un Estado laico y democrático. Y entonces me pregunto, ¿quipen más que uno mismo puede decidir sobre su vida, sobre cómo quiere morir? La libertad no puede ser un privilegio para unas cosas sí y para otras no», expresó.

Durante su discurso, Díaz abordó además los prejuicios que, a su entender, atravesaron parte del debate público, como la idea de que la eutanasia representa un riesgo para las personas mayores o enfermas. «Hay que dejar de infantilizar a las personas mayores, que tienen plena agencia para decidir sobre su vida. Pensar que esto es una conspiración para matar viejos es una falta de respeto y una simplificación cruel», afirmó.

La legisladora del Frente Amplio reivindicó la tradición uruguaya de «regular antes que prohibir», recordando que el país fue pionero en América Latina en normativas sobre interrupción voluntaria del embarazo, matrimonio igualitario y derechos de las personas trans. «La prohibición genera clandestinidad, y la clandestinidad genera injusticia. Esta ley, en cambio, garantiza dignidad, acompañamiento y transparencia», sostuvo.

Al finalizar su intervención, Díaz sintetizó el sentido de la ley en una frase que resonó en la Cámara: «No hay nada más a favor de la vida que tener derecho a elegir cómo vivirla, pero tampoco hay nada más a favor de la vida que poder decidir cómo terminarla«.

Con la sanción de esta ley, Uruguay vuelve a colocarse en la vanguardia regional en materia de derechos humanos, consolidando una larga tradición de debates éticos y legislativos que combinan libertad, responsabilidad y justicia social.

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