Una docena de jóvenes caminaba por la noche de un invierno que terminaba. Un muro y una consigna los esperaba. La de esa jornada, allí en el triple límite de Belvedere, La Teja y Nuevo París, era: «Nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo. Che».
Las razzias arreciaban y sabían que, si los agarraban, no la iban a pasar bien. Por ello la discusión de seguridad estaba basada en la velocidad de la acción de propaganda. Se destinaría una palabra a cada uno y dos a vigilar por si había que suspender la pintada y refugiarse en la oscuridad del barrio.
El esteta del grupo estaba en desacuerdo, decía que la metodología no permitiría una buena, ordenada y pareja grafía, pero habiendo perdido en la discusión, tomó a su recaudo la palabra «guerra» de la frase.
El abnegado llamó al sacrificio y el cómico, para desdramatizar, preguntó si al poner «Che» la barriada no pensaría que era una frase de Pepitito Marrone.
Habían logrado terminar cuando el grito de alerta desparramó a los muchachos del Comité para distintas partes del barrio. Al rato se juntaron y volvieron a concurrir al muro para ver su obra. Efectivamente, tenía razón el compañero preocupado por la estética, lindo no había quedado. Pero lo peor fue que la palabra guerra en el apuro había perdido la «e», por lo cual en una operación relámpago y a pesar del compañero responsable de la palabra y de las líneas áureas, se la encajaron como feta de mortadela entre la «u» y la «r».
Nunca en mi vida aprendí tanto como en aquel destartalado ranchito de palos y chapa que era mi Comité. Aprendí de política, pero también aprendí de historia, de economía, del barrio, de artes y oficios y de afectos. Y lo aprendí en la discusión, en el diálogo, en la experiencia del veterano y en el cuestionamiento del joven. Lo aprendí en ese ámbito teórico, pero también en cada una de las tareas prácticas.
Por suerte, con el pasar de los años, pude constatar que nuestra acción sigue siendo un grito de guerra contra el imperialismo.
Andrés Berterreche
El compañero Sebastián Sabini subrayó que la elección de horas en formación docente se realiza sin conocer cuáles programas educativos se van a implementar ni el sistema de pasaje de grado. "Nunca había pasado que un profesor elija una materia sin saber qué es lo que va a dar", subrayó el senador.
“Creo que el presidente tiene temas más importantes que atender como para darle trascendencia a mi opinión”, dijo el compañero Yamandú tras la referencia del presidente Lacalle Pou sobre “la manija” por el caso de los pasaportes.
Lo que destacó a este período de transformación educativa –y caracteriza su desarrollo actualmente– es la falta de participación de los principales actores del sistema, la carencia absoluta de sustento empírico y teórico de los cambios impuestos, entre otros temas.
Entiendo que nos debemos una discusión franca y seria sobre el problema del crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero. Llegamos a un punto en que ningún integrante del sistema político puede ignorar el problema.
“Lo más importante luego de la comparecencia es que estamos muy lejos de las 50.000 viviendas; ni siquiera vamos a llegar a la mitad de ese número en el período”. El senador Sebastián Sabini también observó los recursos que se destinan a asentamientos.
En momentos donde la crispación gana espacio, el MPP buscó una instancia amplia, abierta, horizontal y constructiva con todos los uruguayos que busquen acercarse a un proceso de construcción alternativo, por un Uruguay exportador de su conocimiento.