Compartimos reciente entrevista a la compañera Cecilia Bottino en la última edición de La Diaria.
Es oriunda de Paysandú, abogada, feminista y diputada del Movimiento de Participación Popular (MPP), Frente Amplio (FA). El primero de marzo Cecilia Bottino asumirá como presidenta de la Cámara de Diputados, luego de finalizado el mandato del nacionalista Jorge Gandini. Será la primera mujer en ocupar ese cargo durante la actual legislatura.
Es una gran responsabilidad, y como tal, la asumo. Además, también es un desafío asumir la presidencia siendo mujer y del interior, y muchísimo más al ser de un departamento que queda al norte del río Negro. Entonces, la primera responsabilidad es tener presentes las tareas que tengo en el Parlamento, que son muchísimas, pero también tengo pensado hacer una presidencia con mucho énfasis en el interior, con presencia sobre todo en el litoral, con algunos ejes que vamos a trabajar. Los compañeros del MPP, que fueron los que definieron que la última presidencia le tocara nuevamente al interior, como ocurrió con Aníbal Pereyra [en 2014], querían marcar la relevancia que tiene el interior, porque a pesar de que nos hemos descentralizado muchísimo, aún tenemos una mirada muy centralista.
No sé si es más difícil, es más exigente. Nosotras tenemos que demostrar aún más que lo que se exige generalmente. Eso una lo va cambiando a medida que asume responsabilidades. Si el MPP no resolvía que hubiera una mujer en esta legislatura iba a haber cinco años sin una presidenta mujer, y eso ya no puede pasar más. Las anteriores fueron dos compañeras, también del MPP [Ivonne Passada, en 2010, y Nora Castro, en 2005], que fueron presidentas por haber encabezado la lista en Montevideo. En mi caso fue por designación. Y pasaron cuatro presidencias, todas de varones. Creo que fue una buena resolución y un buen gesto que se definieran por una compañera mujer del interior. Las compañeras que salimos diputadas por el interior, si no encabezamos las listas, nunca llegamos. Ese es otro tema que tenemos bien presente como uno de los escollos de nuestro sistema electoral. Hemos avanzado, tenemos la ley de cuotas, pero si después no hay una voluntad política de decisión de que encabecemos las listas, no llegamos.
El primero es el tema trabajo, que es uno de los más importantes. Sabemos de la complejidad actual que presenta el mundo laboral. Paysandú tuvo una particularidad muy compleja en estos tiempos. Un departamento típicamente industrial que sufrió algunas consecuencias del cambio y estamos analizando hacia dónde vamos. Coincide con los 70 años de la Organización Internacional del Trabajo. Tenemos algunas actividades que pensamos realizar en forma conjunta con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. El otro eje es la descentralización, y dentro de eso, la educación va a estar muy presente, por el desarrollo que la Universidad de la República [Udelar], la educación terciaria y la UTU han tenido en el interior en general y en nuestra zona en particular. Un país que se desarrolle con igualdad e inclusión no puede seguir pretendiendo que los chiquilines vengan a estudiar a Montevideo, como me ocurrió a mí, que me tuve que venir de Paysandú a estudiar Derecho, deseando siempre volver. Yo volví, pero la mayoría de los gurises se queda a vivir acá. Entonces, el crecimiento de la Udelar, que ha sido impresionante en el interior del país, como eje de desarrollo y de políticas de descentralización, va a estar bien presente. Otro tema va ser el de género, por supuesto. Ni bien asuma, en marzo, es el Mes de la Mujer. Tengo algunos planteos particulares para hacer, porque ha habido como costumbre tener una sesión especial por el Día Internacional de la Mujer, con algunas características con las que no estábamos de acuerdo. Por ejemplo, mostrar que la Cámara de Diputados estaba llena de mujeres cuando esa no es la realidad, ya que somos 19 diputadas. Incluso algunas compañeras entraban porque les cedían los lugares. Eso lo rechazo.
Exactamente, y las que entraban ese día no entraban nunca más porque los titulares no les daban los espacios. Esa situación la estamos reviendo. Queremos hacer una serie de eventos. Yo siempre me refiero a la mujer que tendríamos que representar y que tampoco está en esa foto: a la más alejada, la del interior profundo. La trabajadora rural no aparece en ningún lado y cumple un rol fundamental. Cuando fueron los primeros Consejos de Salarios [2005], que salieron con las categorías y los salarios, me acuerdo de que llamé a los compañeros que son del sindicato de trabajadores rurales y les planteé que por qué la última categoría, la de menor salario, era la de cocinera. Siempre lo decimos con Lucía [Topolansky]: por más cuota y paridad que pongamos, va a haber mujeres que por su condición económica, lejanía e integración familiar jamás van a poder llegar a lugares de responsabilidad. Entonces, queremos darle otra mirada y poner arriba de la mesa cuestiones que a veces están invisibilidades en este sistema tan duro, patriarcal y capitalista.
Sí. Por ejemplo, en la ley integral de violencia de género [19.580], que aborda distintas aristas, se ha hecho mucho énfasis en la parte judicial, pero también tiene una parte de derechos laborales y de acceso a la Justicia. Por ejemplo, en que no se le descuente el día a la mujer cuando va a hacer la denuncia y que pueda tener herramientas para poder seguir el proceso judicial y no pierda salario. Por eso todavía hay cuestiones para difundir y seguir trabajando. Me he reunido con el Ministerio de Desarrollo Social, con la parte de Economía Social y Solidaria, porque cuando hablo de trabajo no sólo me refiero al trabajo asalariado sino que también me interesa muchísimo la autogestión. Es impresionante la cantidad de emprendimientos que tienen las mujeres, porque nos damos maña y nos la ingeniamos.
Con las características que tiene Gandini, que son muy particulares. Creo, dada la antigüedad y la experiencia que tiene en el Parlamento, que llegó a la presidencia en forma tardía. Al inicio, incluso en la Rendición de Cuentas, hizo un muy buen trabajo conduciendo el Parlamento, pero hacia el final de su período tuvo algunos posicionamientos personales que no compartimos y que como bancada planteamos que no estábamos de acuerdo. Le destaco que abrió las redes del Parlamento, y es una de las cosas que pienso continuar, porque hizo un buen trabajo de comunicación, sobre todo de las comisiones, que es uno de los trabajos menos conocidos del Parlamento. Cuando llegamos con una ley, el trabajo que hay atrás en las comisiones es impresionante, que la gente no lo conoce y es donde hacemos la mayoría de los acuerdos. Eso lo destaco, pero después [Gandini] empezó a hacer un uso personal de las redes que no comparto. Y con eso voy a tener que ser muy cuidadosa, porque es año electoral. La institucionalidad tiene que ser una fortaleza. Circunstancialmente asumo la presidencia, pero represento a toda la Cámara de Diputados, no a mi partido político.
Ya está siendo dura. Es una campaña totalmente distinta a las anteriores, porque se han importado recetas de la región, de América y del mundo, con las fake news y las mentiras que ensucian. Han tenido éxito y acá lo están utilizando, incluso con cuestiones personales, que ya lo están sufriendo algunos de los compañeros, como Carolina Cosse. Antes estábamos vacunados contra eso; el debate era de ideas y de confrontar candidatos por lo que habían hecho o no. Pero ahora no veo que se estén confrontando modelos de país, que debería ser la principal preocupación de todos. Y me llama poderosamente la atención la dispersión de candidaturas que aparecen en la oposición, algunos que no se sabe ni con qué objetivo vienen. Yo sé que a todos los une el único interés de sacar al FA del gobierno, pero tendríamos que saber qué los diferencia.
Hay cosas que todos reconocemos que tenemos que corregir. El tema de la vivienda aún es un déficit. Cuando discutimos el proyecto de [Eduardo] Rubio de vivienda popular todos reconocimos que había un déficit habitacional. El tema de la seguridad no podemos decir que no es una preocupación principal de la gente, porque sigue siendo prioritario. Está arriba de la mesa la reforma que hicimos del Código del Proceso Penal, que todos los operadores del sistema penal solicitaban y ahora estamos viendo cómo impacta en la práctica. A mí me preocupa la generación de empleo y algunas inequidades que no hemos podido corregir. Me siguen doliendo los niños que nacen por debajo de la línea de la pobreza
Lo resolvimos con nuestras propias características. Tenemos sistemas internos de resolución que son muy democráticos y que a veces parecen demasiado lentos, pero que tienen mucho peso. Fue un proceso de maduración que nos costó muchísimo y fue muy doloroso. Estuvo muy influido por agentes externos, como el tema de la prensa, permanentemente. El mayor desprendimiento, y que creo que no lo sopesamos con la gravedad que tiene, fue la renuncia de Raúl como vicepresidente de la República. Institucionalmente es grave que un vicepresidente de la República deba renunciar. A eso se sumó, ejemplarmente, la resolución del plenario del FA. Pero los mismos que nos exigen mirando con una lupa desde afuera luego, en la interna de sus partidos, ni por casualidad… Nosotros lo vivimos en Paysandú: intendencias del Partido Nacional sumamente cuestionadas con aspectos éticos que son juzgados livianamente.
Sí, estamos apoyando a una compañera mujer [Cosse], y es bueno porque se presenta con posibilidades de acceder como candidata, no es sólo testimonial. También hay que tener presente lo que hablábamos hace un rato, que la mujer que llega a esos lugares de resolución es porque tiene un montón de condiciones que permitieron que haya llegado. Los partidos políticos se sostienen mayoritariamente por mujeres, en las bases. Hay que preguntarse por qué se van poniendo filtros. El hecho de que haya una sola intendenta en el país tiene que ser llamativo. Siempre está presente la pregunta de si estamos preparados como país para tener una presidenta mujer.
Jamás.
Artículo «Cecilia Bottino: “Nosotras tenemos que demostrar aun más que lo que se exige generalmente”», originalmente publicado en La Diaria.
“Mi deber como ciudadano y militante político es renunciar y presentarme ante la justicia para dar todas las explicaciones”.
La historia la construyen los de abajo, con el corazón abierto para luchar contra las injusticias sin pedir nada a cambio. Los que construyen el sueño de una patria para todos.
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