Blanca Rodríguez: a pesar del deterioro, el país solidario sigue vivo esperando que lo abracemos

Entre la alegría de la esperanza y la ilusión de la victoria, Blanca Rodríguez nos llamó a volver a abrazarnos con el Uruguay que espera por un próximo gobierno de Yamandú Orsi.

Gracias por hacer flamear estas banderas durante estos cinco años, izándose junto con la esperanza. Me hablan de más de 30.000 personas congregadas. Y eso solo merece una respuesta: la victoria el 27 de octubre. ¡Vamos a Volver!

Estos dos meses los dediqué a recorrer el país, con encuentros inolvidables. Traigo la alegría de la esperanza y la ilusión de la victoria, pero también traigo conmigo la angustia del deterioro de la vida de tanta gente.

Ese deterioro se refleja en muchos aspectos. La pobreza es una realidad flagrante para mucha gente, la pobreza infantil sin ninguna duda. El país con la mayor infantilización de la pobreza, que la cuenten como quieran, pero esa es la verdad.

Esa pobreza infantil nos desafía desde el primer momento, tiene que ver con la posibilidad de tener oportunidades en nuestra sociedad.

Vi la pobreza de los adultos mayores. No me olvido que miles de ellos atraviesan por miles de estrecheces y una soledad no deseada. También allí tenemos cosas para hacer.

También se refleja ese deterioro en los miles de personas en situación de calle, realidad que está presente en todo el país. Hay vecinas y vecinos de todos los departamentos, en especial del interior, que se sorprende porque es algo nuevo para ellos. Una fuerza de izquierda “se tiene que doler” de la gente que duerme en la calle.

Una realidad que pude palpar y constatar son las dificultades para atender a la salud. Meses de espera por un especialista, por falta de remedios o por medicamentos que no pueden canjear en las farmacias como nos dijeron. Eso también es injusticia.

La salud mental es un drama nacional. ¿De qué sirve tener un plan de salud mental si no se le pone presupuesto? Muchos toman decisiones duras que nos ponen en estadísticas cuyos resultados son para la vergüenza, porque estamos en los primeros lugares en materia de suicidio, en América y el mundo.

Así, también constaté las dificultades a un trabajo y salario digno. El trabajo dignifica si el salario es digno. Tenemos que pensar en educación, en preparar a los jóvenes para el futuro.

En la educación tenemos una herramienta fundamental que tenemos que retomar, dándole protagonismo a maestros, maestras y docentes. ¿Quién mejor para prevenir situaciones que ellos? Récord de inasistencias a las escuelas, eso lo tenemos que investigar.

Pensaba en un Uruguay solidario, tolerante, de mano tendida.

Un Uruguay solidario, porque cuando estuvimos juntos nos acercamos al mejor país posible

Llegué a la política como mujer, feminista, hija de inmigrantes, como cristiana. Después de hablar con todo el país, les digo que vengo aquí más frenteamplista que nunca.

El Frente Amplio es la única herramienta que puede modificar esto que les conté. Y ese país solidario y de mano tendida está ahí, vivo, esperando que lo encontremos y lo abracemos, que le demos la oportunidad.

Ese país que significa que nos miremos todos, cercanamente, sin desconfianza ni miedo. Volver a esa familia que integre a niños, jóvenes y viejos, sin desconfianza.

Podemos tener diferencias y miradas distintas. Pero lo tenemos que hacer juntos, porque juntos es la forma de llegar adelante. Los mejores momentos de nuestro país llegaron cuando nos encontró juntos.

Juntos tenemos que estar para salir de este momento de fractura social, para rescatar a los que se cayeron de todas las redes de contención: educación, trabajo, salud, vivienda.

Tenemos que ser un país con principios solidarios.

Yo se que hay algunos discursos que promueven el individualismo y hablan de libertad individual o responsable, con un concepto equívoco de libertad. O gente que habla de vieja o nueva política. ¿Qué es la vieja política?

La mejor política es la que mejora la vida de la gente

Quiero pensar con ustedes. ¿Cuál es la vieja política? ¿La de Batlle y Ordóñez, que trajo los derechos para los trabajadores, la ley de divorcio, el voto femenino? ¿La que trajo el Plan Ceibal? ¿la UTEC? ¿la que llevó a la Universidad al Interior?

¿Cuál es la vieja política?  ¿La de leyes para los trabajadores rurales y domésticas? ¿La del sistema de cuidados?

¿Y cuál es la nueva política? ¿La que ha ido a contracorriente de todo esto? Yo prefiero hablar de la mejor política, la que mejora la vida de la gente, la que le da oportunidades, la que defiende sus derechos, como la de las mujeres. Y todo lo que nos queda por hacer.

Pero como dice Pepe Mujica, con la razón y el corazón es que nosotros vamos a volver.

Faltan pocos días. No van a ser fáciles. Con calma y serenidad, transitaremos estos días sin agravios ni responder insultos. Sin bajar al barro. Vamos a seguir con nuestros encuentros y nuestra campaña.

La propuesta ante la crítica. La solución ante el problema. El diálogo ante el enfrentamiento. Esa tiene que ser nuestra guía.

Como ese Uruguay de solidaridad y mano tendida sigue allí esperándonos es que les digo que recuerden que tenemos en esta familia, que somos todos, padres y madres de la patria que ha dado muchísimo por lo colectivo. ¿O acaso la gente que siguió a Artigas pensó en sí misma durante el Éxodo? ¿O acaso José Pedro Varela no pensó en una educación para todos los niños? ¿O acaso el Plan Ceibal no fue para todos los niños?

¿Acaso las heroínas del voto femenino querían salvarse solas? No, nuestros mejores momentos históricos son en lo colectivo. Por eso los invito, juntos a seguir caminando para tener ese pueblo hermanado, ser ese gran pueblo hermanado, recordarles a los indecisos tanto aporte a la historia.

Y, quizás, el 27 a la noche, quizás llegue esa voz en el tiempo que nos diga: “Festejen uruguayos, festejen”. Hasta la Victoria!