“Yo les pido, con humildad, que me acompañen a rescatar ese clima de sociedad y convivencia, sin rispidez ni agresiones, sin violencia”, expresó Blanca.
De un barrio humilde y vocación trabajadora, que combinaba en la calle las tradiciones, religiones y vivencias de inmigrantes y obreros, el barrio Jardines del Hipódromo se parecía a tantos otros de un Uruguay que era ejemplo de convivencia y democracia.
Blanca Rodríguez decidió que su primer discurso transcurra en el recuerdo de un país que tenía en la calle a un espacio de integración y armonía. Y en la escuela, un trampolín para la vida.
Hoy Blanca Rodríguez integra el Espacio 609 porque quiere recuperar al Uruguay con igualdad para los derechos de todas y todos, sea cualquiera nuestro origen. Porque en este suelo hay lugar para todos, también para los que están llegando ahora.
En aquel barrio de veredas anchas, todos los vecinos nos cuidaban sin importar de qué casa veníamos, como si todo el barrio fuera una gran familia. Además de la absoluta libertad había un gran respeto, rememoró.
Esas cosas simples, hoy no llegan a las casas de muchos uruguayos. Un techo, una cama, padres que trabajaban, un lugar para hacer los deberes. Además, hay valores que tienen relación con una forma de vida que también debemos recuperar.
Y Blanca no se refería puntualmente a los más vulnerables porque, como bien dijo, la pérdida de valores no es puntual a una clase en particular. La convocatoria también es para reconstruir ese clima que nos incluía a todos.
“Yo les pido, con humildad, que me acompañen a recuperar ese clima de sociedad y convivencia, sin rispidez ni agresiones, sin violencia”, exhortó este sábado 7 en el primer día de esta campaña hacia el domingo 27 de octubre, cuando votemos todos juntos por un país mejor.
Claro que violencia es el delito, precisó Blanca. “Pero violencia también es no tener techo, es no tener escuela. Es una casa sin libros. Sabemos que, cuando no llega la educación, no llega el trabajo y el salario digno. Llegan otros que ofrecen salidas más fáciles que suelen terminar muy mal. Incluir es una medida de seguridad”, añadió.
Blanca Rodríguez dijo que ella está en el Espacio 609 porque quiere ser fiel a sus orígenes y pelear para que la escalera social a la que subió con la educación pública y que nadie la puede bajar, también sea la escalera para todos los niños de nuestro país. Nos tenemos que jugar a eso.
La deuda es enorme, reconoció Blanca. Es que el Uruguay presenta la mayor infantilización de la pobreza en la región. “Los niños se tienen que transformar en el foco de nuestros esfuerzos, nuestros recursos humanos y materiales. Les pido con humildad que nos acompañen en eso”, bregó.
En los últimos cinco años se han empobrecido mucho más, por un país que hoy es muy desigual. En los últimos 5 años, el 5% de la gente que estaba en mejor posición fue la que acrecentó su situación económica, informó. Y el 20% más pobre, se empobreció más aún.
“¿Saben que en Uruguay nacen solamente 30.000 niños por año? De ellos, 6.000 ya nacen pobres. Si no podemos cambiar eso, no podemos con nada. ¿No podemos con 6.000?”, dijo Blanca para identificar la urgencia.
“Les hablaba de un país de convivencia, de vida en la calle hasta tarde. De confianza y libertad. ¿No queremos recuperar ese clima? No es volver al pasado, es volver a vivir sin temor. A volver a confiar en el otro”, precisó.
“¿Ustedes no quieren recuperar eso, ese estilo de vida que nos enorgulleció? ¿Ese Uruguay reconocido a nivel internacional por su capacidad de convivencia, por el respeto de la gente, por el lugar sagrado de los abuelos y de los adultos mayores? Ese país tenemos que recuperar con el Frente Amplio y generar el clima que propicie la creación de los valores”, complementó.
“Me crucé con una directora de escuela, no voy a decir cual –no quiero generarle problemas–, y me dijo que ella ha ido a buscar niños a la casa. Yo felicito a esas directoras que lideran pedagógicamente y humanamente a la escuela”.
Además de asegurarles a los niños escuelas de tiempo extendido, con plazas a las cuales puedan asistir, con un sistema de cuidados que hay que regenerar para que sus padres puedan trabajar y prepararlos para el empleo, porque con los adultos que viven en vulnerabilidad tenemos que trabajar.
¿Saben qué? En el país de José Pedro Varela, volvemos a tener analfabetismo y eso tiene que terminar. Tenemos que ir a buscar a esos niños.
Tenemos que volver a ser un país de cercanías. No es tan difícil. Puede parecer un sueño, pero eso fue real, rememoró. Pero no es volver al pasado porque antes no existían herramientas como el Plan Ceibal, la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, ni récord de egresados universitarios, ni la UTEC. Eso hay que sumarlo a la recuperación de ese clima que queremos recuperar.
Para Blanca, hay que invitar a todos, a quienes piensan distinto también. Porque con seguridad que mucha gente piensa distinto pero que quiere salir de estas violencias. Porque cuando nos fue mejor fue cuando estuvimos juntos. Porque son más las cosas que nos unen que las que nos separan. “No se dejen convencer con discursos que nos agrietan”, pidió a la militancia.
“Yo no le pido a la gente que nos acompañe toda la vida. Que nos acompañe en este momento de fractura social muy importante: no importa de dónde vengan sino a dónde van. Invitemos a todos, tenemos que encontrar una respuesta para este momento”, cerró Blanca Rodríguez.
Educación, salud mental y trabajo entre las preocupaciones de los más jóvenes, en un diálogo profundo con Pacha y Blanca.
“Es nacido de un trabajador común y corriente. Y representa, precisamente, el tipo medio de lo que es el Uruguay. Por eso lo voto y le pido a mi pueblo que lo acompañe”.
El compañero Daniel Caggiani señaló que Yamandú Orsi se presentó en el debate presidencial con propuestas claras y una visión de futuro, logrando contrastar dos modelos de país distintos.
Desde Las Piedras, donde el interior y el país metropolitano se abrazan, Yamandú Orsi llamó a reconciliar las distintas realidades para construir un país de certezas.
Proponemos un cambio en el que todos podamos vivir tranquilos, con más solidaridad, con más bienestar. “Sabremos cumplir”, dijo Yamandú Orsi.
Si no creyéramos que los humanos pueden construir un mundo un poco mejor, menos ruin, menos egoísta, ¿qué sentido tiene la vida y qué precio tiene la esperanza?