Presentamos la Declaración Final del XI Congreso del MPP «Eduardo Bonomi – Gabriela Soto», que se realizó este 18 y 19 de marzo.
DECLARACIÓN FINAL XI CONGRESO “EDUARDO BONOMI – GABRIELA SOTO”
En nuestro país, el siglo XXI comenzó con la mayor crisis económica y social después de la dictadura, con el agotamiento de los partidos tradicionales como principal repercusión política por haber sido los responsables de la conducción económica. El país quedó destruido, endeudado y sin horizonte de salida.
El efecto conjunto de un agotamiento del modelo anterior y un Frente Amplio en crecimiento a través de un proceso de acumulación política y de búsqueda de alianzas políticas y sociales generaron las nuevas mayorías para el cambio progresista en nuestro país, que se materializó en las elecciones de 2004.
Comenzó entonces la obra de reconstrucción nacional con la orientación de generar trabajo, mejorar salarios y jubilaciones, y todas las condiciones sociales de las mayorías que habían sido postergadas, al tiempo de recrear la función pública. Se creó el Ministerio de Desarrollo Social, se ingresó a los cuarteles a buscar a los compañeros y compañeras desaparecidos, se cambió la legislación laboral, se levantó al vetusto Instituto Nacional de Colonización, se cambió el sistema de Salud, con la cooperación de Cuba se realizaron miles de operaciones de cataratas, se cambió la legislación tributaria, empezaron las políticas diferenciadas en el agro, comenzó el Plan Ceibal, se recuperó el Banco Hipotecario que con la creación de la Agencia Nacional de Vivienda permitieron el crecimiento del movimiento cooperativo y sobre todo en el interior del país. El Uruguay avanzó en justicia social y transparencia y vivió 15 años que dejaron una sociedad con mejor nivel de vida, mayores derechos y mejores instituciones. Como consecuencia, aumentaron los niveles de bienestar e igualdad, se redujo la pobreza y aumentaron los ingresos de las grandes mayorías.
Después de tres elecciones consecutivas con triunfos del Frente Amplio, las elecciones del 2019 mostraron que la mitad del país apoyó el camino de los cambios que comenzó el Frente Amplio y la otra mitad se mostró desconforme y quiso cambiar.
Por un estrecho margen volvieron al gobierno los sectores conservadores envueltos en un acuerdo político anti frenteamplista. Hemos razonado profundamente buscando las causas de tal decisión del pueblo uruguayo, cuando los avances logrados en los 15 años de gobiernos frentistas fueron objetivamente incuestionables, pero el subjetivismo de las mayorías no marchó en forma paralela a los hechos objetivos de la situación nacional.
La embestida restauradora del actual gobierno en sus 3 años de gestión no se apoya en una propuesta programática común construida por los partidos que se unieron electoralmente para el balotaje del 2019, porque su coalición fue por la negativa uniendo todos sus esfuerzos contra el Frente Amplio. Conducidos por el programa del Herrerismo, han manejado la economía y todas las áreas del gobierno generando una distribución regresiva del ingreso nacional, sobre todo a través de bajar salarios y jubilaciones. Están debilitando al Estado a través de un proceso privatizador de las empresas públicas y el desfinanciamiento de las políticas sociales, congelando el gasto. Han perseguido todas las organizaciones sociales populares y favorecen los intereses de los “malla oro”.
Para ello, el Gobierno esgrime todos los recursos bajo su control. Con una estructura de marketing político, utilizan el poder de los medios de comunicación dominantes, persiguen periodistas y medios alternativos, hacen retroceder el papel mediador del Parlamento, toman medidas represivas, utilizan el poder judicial, el poder de los grandes grupos empresariales y se conectan con los gobiernos de derecha en el continente y en el mundo. No tienen límites. Utilizan la mentira, las descalificaciones y violan persistentemente la cultura democrática de nuestro pueblo.
Permanentemente acusan al Frente Amplio y sus gobiernos de todo. Hasta de los problemas que hoy tiene el Gobierno, mintiendo descaradamente.
Ocultando sistemáticamente su programa regresivo, el Gobierno se basa en medidas inconexas, en responsabilizar de sus fracasos a la administración anterior. Y avanza en el día a día sin entusiasmar a su electorado con un proyecto de país sin que vaya más allá de criticar al Frente Amplio de forma cotidiana. A esto, deben agregarse los hechos de corrupción con centro en la Torre Ejecutiva, que están en trámite judicial y que tanto desprestigian al Uruguay.
Este es el repertorio que han aplicado los gobierno neoliberales de derecha en toda América Latina, que han fracasado en mejorar el bienestar de sus pueblos.
En todos los procesos electorales del continente en los últimos años, se han manifestado los pueblos en contra de las estrategias de las derechas, contra su corrupción, sus políticas represivas y a favor de opciones que responden a los intereses de las mayorías populares. Así ha sido en Chile, Colombia, Argentina, México y Honduras; los pueblos se están manifestando también en Ecuador, así como marchas en contra de los golpes de Estado como fueron los casos de Bolivia y Brasil.
Uruguay está siendo una excepción al proceso democratizador en América Latina, al tener el último gobierno de derecha en el cono sur del continente.
Partimos de un país que se fundamenta sobre una estructura agraria injusta, explicada por una concentración excesiva de la tierra, donde el gran grueso de la población rural ha quedado al margen. En este sentido, reafirmamos nuestro compromiso en la lucha por el acceso a la tierra de los asalariados y asalariadas rurales, de la producción familiar con problemas de escala, de los históricos arrendatarios y, sobre todo, de su generación siguiente, bastión imprescindible en el tan necesario relevo generacional para el medio rural.
La lucha por el acceso a la tierra en Uruguay tiene una herramienta que se llama Instituto Nacional de Colonización. Dotarlo de recursos es darle oportunidades a miles de uruguayos y uruguayas que esperan silenciosamente un pedazo de tierra para trabajar y desarrollar su vida.
Nuestra lucha se centra ahí, en un país productivo, con un medio rural desarrollado y sostenible, sustentado por nuestra gente, trabajando, con oportunidades y viviendo de manera plena.
Estemos alerta ante el proceso concentrador de la tierra, de la especulación, de los rentistas usureros, del afán comprador de las trasnacionales, porque todas estas situaciones nos alejan más del país con justicia social que soñamos.
La estrategia en esta etapa para el MPP es hacerle frente al proyecto conservador y trabajar para construir caminos alternativos para el desarrollo nacional, con inclusión y justicia social. El Frente Amplio es la síntesis política de la izquierda nacional, anti oligárquica y antiimperialista, que representa una alianza entre todos los sectores de clase perjudicados por el modelo concentrador y antipopular del Gobierno.
Tiene experiencia histórica en discutir fraternalmente, respetando todas las opiniones, y construir una síntesis, desatar la participación, la movilización, y seguir avanzando en un camino de esperanza para las mayorías, con el eje central puesto en generar trabajo y en la defensa del aparato productivo nacional, que estimulen el crecimiento económico, la generación de actividades diversas y de calidad, y que contenga las necesidades, los anhelos y las oportunidades para los menos favorecidos por las políticas públicas actuales.
Esta tarea estratégica requiere seguir desarrollando la alianza política y social para los cambios porque se trata nada más y nada menos de cambiar la correlación de fuerzas entre la oligarquía y el pueblo, lo que requiere una gran unidad popular, además de las alianzas políticas que la representen en las instancias electorales.
El XI Congreso “Eduardo Bonomi-Gabriela Soto” considera imprescindible aportar a la discusión y el intercambio en ésta etapa en los siguientes temas:
El Movimiento de Participación Popular se compromete a aportar, desde la 609, a construir la victoria de la esperanza el 27 de octubre de 2024.
Desde Las Piedras, donde el interior y el país metropolitano se abrazan, Yamandú Orsi llamó a reconciliar las distintas realidades para construir un país de certezas.
Proponemos un cambio en el que todos podamos vivir tranquilos, con más solidaridad, con más bienestar. “Sabremos cumplir”, dijo Yamandú Orsi.
Pepe estuvo en la localidad de San Bautista, en Canelones. Dando el último tranco para apoyar la posibilidad de un gobierno para todas y todos, con Yamandú Presidente.
No tiene antecedente en la historia de los últimos 50 años que un gobierno haya mantenido congelado los ingresos durante 40 meses, recordó José Mujica.
“Vamos a dejar el cuero en la estaca estos días”, dijo José Pepe Mujica. A dar otra vez ese ejemplo de militancia.
El pueblo uruguayo merece vivir mejor. El crecimiento es prosperidad cuando llegamos juntos y cuando nadie queda rezagado. Porque somos muchas partes y un todo a la vez.