Uruguay registró crecimiento económico entre 1990 hasta 2002 y desde 2003 hasta hoy. En el primero la desigualdad aumentó y en el segundo se redujo sustancialmente, dijo el subdirector de la OPP, Santiago Soto. Explicó que los datos muestran la importancia de las políticas públicas en la mejora de la distribución del ingreso. Destacó las reformas tributaria, sanitaria, del mercado laboral y el desarrollo de políticas sociales.
Uruguay registró crecimiento económico entre 1990 hasta 2002 y desde 2003 hasta hoy. En el primero la desigualdad aumentó y en el segundo se redujo sustancialmente, dijo el subdirector de la OPP, Santiago Soto. Explicó que los datos muestran la importancia de las políticas públicas en la mejora de la distribución del ingreso. Destacó las reformas tributaria, sanitaria, del mercado laboral y el desarrollo de políticas sociales.
En 2005, el índice que mide la desigualdad en función de los ingresos (índice de Gini), alcanzaba 0,46 puntos. En 2017 mejoró el indicador a 0,38. El dato se destaca en el contexto regional e internacional, en una dinámica mundial de tendencia a la concentración del ingreso, como muestran los últimos informes sobre la desigualdad global elaborados a partir de la World Inequality Database.
En diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional, el jerarca de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) rememoró los dos períodos de crecimiento económico que atravesó Uruguay en las últimas décadas, que presentan resultados diferentes para la distribución del ingreso. El primero finalizó con la crisis del año 2002 y la distribución empeoró; en el segundo, que prosigue hasta la actualidad, el indicador mejoró sustancialmente.
Añadió que, además de ser relevante en sí misma, la mejora en la distribución del ingreso tiene directa relación con el descenso de la pobreza, que se redujo a su cuarta parte en diez años, con un nivel de indigencia medido en ingresos que prácticamente desaparece. «Si hubiéramos tenido el mismo crecimiento económico, pero sin mejoras en la distribución, la pobreza hubiera sido mayor y los ingresos de los sectores medios hubiera sido menor», señaló.
En su análisis, Soto indicó que “hay diferentes modelos de crecimiento, que responden a un conjunto de políticas distintas”. El Plan de Equidad, la creación de las asignaciones familiares no contributivas, la asistencia a la vejez, la reforma tributaria y la reforma de la salud fueron señaladas por el entrevistado como políticas públicas responsables de la disminución de la desigualdad, según distintos estudios académicos.
“Si uno mira los años del boom económico en los países de la región, hubo una disminución de la desigualdad en buena parte de los países; pero en Uruguay, durante el período 2007-2012, que fue el más fuerte, nuestro país tuvo la caída más importante del índice de Gini en todos los países de América Latina”, sostuvo.
Este hecho se destaca aún más en el contexto internacional actual, con países latinoamericanos que presentan mayores niveles de concentración del ingreso en los últimos dos años. “En Uruguay eso no se comprobó, sino que se mantiene en los mejores niveles que registra América Latina”, concluyó.
El compañero Sebastián Sabini subrayó que la elección de horas en formación docente se realiza sin conocer cuáles programas educativos se van a implementar ni el sistema de pasaje de grado. "Nunca había pasado que un profesor elija una materia sin saber qué es lo que va a dar", subrayó el senador.
“Creo que el presidente tiene temas más importantes que atender como para darle trascendencia a mi opinión”, dijo el compañero Yamandú tras la referencia del presidente Lacalle Pou sobre “la manija” por el caso de los pasaportes.
Lo que destacó a este período de transformación educativa –y caracteriza su desarrollo actualmente– es la falta de participación de los principales actores del sistema, la carencia absoluta de sustento empírico y teórico de los cambios impuestos, entre otros temas.
Entiendo que nos debemos una discusión franca y seria sobre el problema del crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero. Llegamos a un punto en que ningún integrante del sistema político puede ignorar el problema.
“Lo más importante luego de la comparecencia es que estamos muy lejos de las 50.000 viviendas; ni siquiera vamos a llegar a la mitad de ese número en el período”. El senador Sebastián Sabini también observó los recursos que se destinan a asentamientos.
En momentos donde la crispación gana espacio, el MPP buscó una instancia amplia, abierta, horizontal y constructiva con todos los uruguayos que busquen acercarse a un proceso de construcción alternativo, por un Uruguay exportador de su conocimiento.