La próxima directora del INJU, Eugenia Godoy, ubicó prioridades en el trabajo digno, el acceso a la vivienda y la salud mental con mirada comunitaria.
Una de las voces de la charla final del Campamento 2025 de los y las Gurisas MPP fue Eugenia Godoy, militante del zonal G de Montevideo desde hace varios años, una de las caras que más referencian los y las gurisas de este proceso y directora designada del Instituto Nacional de la Juventud (INJU) para este período. Es la designación más joven del Poder Ejecutivo.
Como cierre, se mostró en contra del discurso que señala falta de interés de los y las jóvenes en la política y que los ubican en la frase “están para otra cosa”. Pero puso como ejemplo este campamento, en el que casi 600 gurises y gurisas se juntaron y discutieron en los diferentes talleres sobre inteligencia artificial, el mundo del trabajo, salud mental, la educación, las nuevas derechas y la construcción de organización popular, entre otros temas.
Eugenia hizo referencia también a su nuevo rol como directora del INJU y adelantó que quiere poner sobre la mesa los desafíos que enfrenta la juventud en nuestro país, identificando como principales el trabajo digno, el acceso a la vivienda y la atención en salud mental. Sobre este último tema, sostuvo que la atención a la salud mental no puede ser cuestión de individualidades, sino que necesitamos pensar cómo vamos a construir comunidades que cuiden, debemos tejer redes que nos permitan pensar en salidas colectivas.
“Los desafíos son muchísimos, pero lo importante es pensar que este gobierno nos necesita a todos y a todas defendiéndolo, pensando y construyendo” concluyó Eugenia, todos los ahí presentes tenían algo que los mueve e invitándolos a seguirse arrimando a construir el país que queremos, finalizó.
Para San José, este no es un triunfo menor. Es la certeza de que la organización civil fue escuchada y respetada. Escribe Nicolás Mesa.
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La situación carcelaria vive una emergencia que no es nueva pero que empeoró en el último período de forma notoria y que no admite discusión alguna. Escribe Graciela Barrera.
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El reciente rechazo de varios partidos de oposición a participar del diálogo social pone en evidencia una contradicción entre el discurso y la acción. Hablan de políticas de Estado, pero no aceptan construirlas con otros.
En un mundo en transición, donde los equilibrios geopolíticos se redefinen y los bloques tradicionales se fragmentan o reconfiguran, Uruguay ha decidido no ser un espectador. Escribe Daniel Caggiani.
