Ideas en Movimiento sobre política exterior e inserción internacional, con Yamandú Orsi

4 de junio de 2024
Ideas en Movimiento inserción internacional y política exterior. Foto MPP.

El compañero Daniel Caggiani moderó la tercera mesa de Ideas en Movimiento, que contó con la participación de Nastasia Barceló, Fernando Pache, Fernando Gambera, Facundo Márquez y el cierre a cargo de Yamandú Orsi.

La tercera charla de Ideas en Movimiento se desarrolló en el salón de actos del Palacio Legislativo. La sede central de las grandes discusiones nacionales recibió a destacados panelistas para hablar de inserción internacional y política exterior, es decir, cómo presentamos el trabajo de los uruguayos al mundo.

Sobre la relevancia de este punto, sus desafíos a futuro, su construcción, habló el moderador de la mesa, el senador Daniel Caggiani.

Daniel Caggiani: la política exterior como política de Estado que nos represente a todos

Una adecuada inserción del trabajo nacional necesita mucho diálogo, conocimiento y concertación de ideas, propugnó Caggiani al inicio del conversatorio. Fue en este marco que estableció que una política de Estado debe representarnos a todos.

Pautada por la crisis del orden internacional, es necesario este diálogo para que las transformaciones, la incertidumbre e inestabilidad, seña distintiva del presente, sea abordada y pensada ante un mundo con actores reaccionarios que impugnan establecidos acuerdos sobre desarrollo sostenible, paz o gobernanza internacional.

En este contexto, la competencia geopolítica, que pueden desencadenar conflictos de mayores proporciones si no son abordados de forma colaborativa y efectiva, desafía a la región y demanda un comportamiento responsable y comprometido con los valores que caracterizaron a nuestra política exterior.

¿No sería acaso un error pensar que las situaciones de conflicto global no tendrían efectos en Uruguay y el continente? No somos inmunes a los impactos, recordó Caggiani. Hay que jerarquizar el debate, necesitamos una adecuada apertura comercial, imprescindible para nuestro desarrollo económico.

Como país que produce alimento para 30 millones de personas, la inserción comercial es importante para generar trabajo nacional y mejorar la vida de nuestros habitantes.

Las exportaciones cayeron casi 13%, con relevante impacto en la cadena agroexportadora y logística. Es importante debatir estos temas desde esta mirada abierta, para los desafíos que tiene el Uruguay por delante, dijo Caggiani, para luego dar paso a los participantes del conversatorio.

Nastasia Barceló: Uruguay se aisló y rompió tradiciones de su política exterior

La política internacional es una de las políticas más importantes para los estados pequeños como el Uruguay, comenzó Barceló para resumir: demográficamente pequeños, dependiente de los precios establecidos por los mercados internacionales, dependiente de sus exportaciones y condicionado por las transformaciones globales.

En estos 24 años de este siglo, hay transformaciones sustanciales que modificaron varias ideas del siglo anterior. Como la idea de la seguridad, a partir del atentado a las Torres Gemelas. O la crisis financiera de 2008, con distintos impactos globales. También llegó en 2014 el final del ciclo favorable de las commodities, con consecuencias en los países latinoamericanos, incluida la caída de Dilma Roussef en Brasil o la llegada de Mauricio Macri en Argentina. También mencionó el advenimiento de la pandemia de covid-2019, y dos guerras, la rusoucraniana y el conflicto en la Franja de Gaza.

Concomitantemente, desde el punto de vista político y electoral asciende la extrema derecha. En Europa es notorio, en Argentina asciende Javier Milei, Brasil atravesó el período de Jair Bolsonaro, o el de Donald Trump en Estados Unidos, los cuestionamientos a Nayib Bukele, el corrimiento a la derecha de Sudáfrica. El contexto geopolítico no solo es complejo sino difícil de interpretar, aludió Barceló.

Esto tiene impactos económicos. El informe del Banco Mundial de 2024 alerta que este será el lustro de pérdidas económicas mundiales en 30 años. El bajo crecimiento también afectará al Uruguay, con 2,6% de incremento esperado en 2025.

América Latina está en uno de los momentos de mayor desintegración, dijo Barceló en base a informes. Con el 6% de la población mundial, América Latina puso el 30% del total de fallecidos por la pandemia de covid. No solo por un gobierno negacionista como el brasileño, sino por el vaciamiento de la Unasur, poca participación de la Celac y cuestionamientos al Mercosur.

En Uruguay, el gobierno de coalición encabezado por el Partido Nacional se apoyó en el “Compromiso por el país”, documento que afirma la necesidad de alinear la política exterior con los principios del derecho internacional, la solución pacífica de las controversias, diversificación de mercados, presencia activa de la negociación multilateral. Parecen objetivos loables y compartibles, pero lo que sucedió fueron dos cosas: Uruguay se aisló y, además, rompió algunas tradiciones de su política exterior.

Las abstenciones a condenar los ataques a Gaza es un ejemplo claro de un lineamiento histórico de la diplomacia uruguaya, identificó. La votación para el BID del candidato presentado por Estados Unidos es otra muestra, criticado incluso por Ricardo Lagos o Julio María Sanguinetti. O el respaldo al enfoque de Estados Unidos de una estrategia integrada de defensa en organismos hemisféricos, desintegrando lo económico con lo geopolítico.

Ejemplo: ese documento establece a Rusia y China como enemigos de la seguridad internacional, cuando Uruguay busca un TLC con China.

También hizo una crítica puntual: “cerrar embajadas y cerrar consulados es salir del mundo, creo que a nadie le podría parecer lo contrario”.

Las negociaciones “banderas” del gobierno no llegaron a buen puerto: ni con China ni con Turquía, añadió.

Para Barceló el Mercosur tiene una agenda positiva que se debe demostrar y defender. Reconoció que es un bloque que necesita una modernización porque no puede ser una zona ampliada de sustitución de importaciones. Pero este punto necesita más diálogo, en vez de decir que el Mercosur es un “lastre”, señaló Barceló.

La integración tiene sus cosas positivas. En 2023, ejemplificó la académica, el Mercosur fue el destino del 25% del total exportado de bienes; son 514 empresas de las cuales, para 300, representó la mitad de sus ventas. Por otro lado, el Fondo de Convergencia nos ayudó a concretar proyectos de infraestructura de relevancia.

Como cierre, Barceló planteó al auditorio dos interrogantes: ¿Países como Uruguay tienen que abandonar el objetivo de la industrialización? ¿Nuestro destino son los productos primarios?

Facundo Márquez: Cuando salimos a vender productos, presentamos el Uruguay al mundo

Facundo Márquez, presidente de la Unión de Exportadores del Uruguay, entiende que hay una serie de temas a discutir por todo el país, para lo cual la organización que encabeza desarrolló mesas de diálogo durante 2023, conversaciones con el PIT-CNT y un documento para los precandidatos a la presidencia.

El tema de la inserción internacional es un asunto de larga data. No depende solo del Uruguay, tiene un contexto regional y global que condiciona estas situaciones. La inserción internacional es una de las prioridades del sector exportador. Para ellos, dijo Márquez, es importante avanzar en acuerdos comerciales preferenciales con otros países. Y esto incluye no solo los acuerdos más abarcativos, tipo “TLC”, también acuerdos puntuales o la apertura de oportunidades en regiones, temas en los cuales Uruguay puede avanzar.

La discusión “Mercosur sí o no” es cotidiana entre los exportadores, pero la Unión entiende que hay que negociar ante el exterior junto al Mercosur. Además, otra prioridad es la facilitación del comercio intrabloque, que tiene mucho para mejorar; por ejemplo, cuando los camiones llegan antes que las aprobaciones que, aún hoy, se hacen mediante formato papel.

Por otro lado, Uruguay negocia a través de su Cancillería, con un formato donde los funcionarios rotan incluso antes de finalizar los acuerdos. En otros países, hay más funcionarios diplomáticos y están diferenciados por temáticas. Una de las necesidades es aggiornar esa problemática, mencionó. Para solventar esto, hay propuestas posibles, como una organización específica en la Cancillería dedicada al comercio exterior, o una readecuación de algún ministerio.

Uruguay XXI fue definida como una herramienta especializada de gran valor, con las pymes como las que más necesitan este tipo de instrumentos para insertarlo en el exterior. Pero en este gobierno el representante del sector privado fue retirado del directorio, la intención es que reintegrarlo.

La exportación de servicios llega al 30% del total de ventas al exterior, es relevante. La generación de trabajo de calidad es cada vez mayor, pero se hace necesario mejorar las mediciones al sector para detectar posibles políticas de inserción.

Cuando hablamos de la apertura del país, uno lo primero que piensa es en la salida al exterior. Pero también, y depende de nosotros, hay que hablar de una apertura hacia dentro, reveló Márquez.

La reducción de costos logísticos y de conectividad también es otro punto relacionado con la inserción internacional. El 85% de la producción nacional pasa por el puerto de Montevideo. Una relación complejizada porque “ahora estamos frente a un monopolio”, dijo Márquez. Los exportadores buscan un puerto de mejores servicios, más seguro y con mejores tarifas, es ahí donde hay que seguir trabajando; con la creación de una unidad de servicios portuarios para evitar que el monopolio en el puerto fije las tarifas.

La ANP es parte de la empresa concesionada, es juez y parte. La ANP debería dejar de ser socia de Terminal Cuenca del Plata, reflexionó. Y agregó que también hay monopolio en terminales aéreas y el país es 10 veces más caro en comparación a otras terminales aéreas de la región.

En cuanto a conectividad terrestre, se propone una comisión de infraestructura para que el sector privado discuta cuáles son las prioridades y elevar estas necesidades al Estado.

“Me ven por la calle y lo primero que me preguntan es por el dólar”, sintetizó Márquez. Si bien destacó este problema, añadió que hay muchas otras reformas pendientes para hacer. Cuidar la estabilidad macroeconómica y consolidar mejoras son condiciones necesarias para vender mejor al producto.

Y concluyó: “Cuando salimos a vender productos, antes de vender cosas, presentamos al Uruguay: el tema de la estabilidad jurídica y macroeconómica es fundamental”.

Fernando Pache: sin competitividad, es en vano abrir mercados

Sin industria próspera, ningún país puede tener estabilidad, crecimiento ni empleo. La industria es el pilar del desarrollo económico y, en base a eso, la Cámara de Industrias elaboró un documento para trabajar a favor de una negociación comercial con China, recordó el preidente de la entidad, Fernando Pache.

Mientras la competitividad de la industria no sea efectiva, es en vano abrir mercados. Debemos tener “de cualquier manera” un nivel de precios competitivos en combustibles, servicios, logística.

Los industriales están preocupados por el atraso cambiario, el costo de la energía, servicios caros y deficientes en la frontera, cuando Uruguay es famoso por su calidad. “Queremos abrirnos al mundo de una forma distinta a la que hemos hecho hasta hoy. Hace 20 años que intentamos abrirnos a China, quizás haya que cambiar”, puntualizó.

Los empresarios buscan ser parte de lo que sabemos que podemos ofrecer, “no siempre somos parte”, añadió Pache al hablar sobre integración en organismos de comercio exterior.

En este momento, el Mercosur es el principal mercado del Uruguay. “Entendemos que es sí al Mercosur, y quizás hace falta un poquito de humildad para llegar a tener una negociación que, quizás sin ser un TLC, sea encontrar los productos que a los 4 países del Mercosur podamos comenzar algo diferente. No se si se puede, pero por algún lado hay que empezar”, subrayó.

La Cámara de Industrias tiene 92 propuestas para los precandidatos, de los cuales el primer conjunto de propuestas es sobre la competitividad. Sin competitividad, no podemos avanzar en mayores aperturas a nivel internacional, dijo el titular de la Cámara de Industrias.

Fernando Gambera: buscar las alianzas que permitan esta la acumulación de riqueza en torno a cadenas de valor

Siempre se habla desde el punto de vista político, dijo Fernando Gambera al inicio de su intervención. Al inicio de los años 1990 se discutió sobre el ingreso o no a un bloque regional, el Mercosur. Todo el sistema político, todas las organizaciones sociales, recorrieron el país para debatir sobre las consecuencias. Hoy es necesario recorrer las afueras de Montevideo para saber qué fue lo que quedó.

Pero los trabajadores organizados entendieron que había una oportunidad, el tema era cómo. Se conformó una institucionalidad, con órganos tripartitos como el Foro Social Consultivo y Económico del Mercosur, un espacio de intercambio sostenido de diálogo.

Para Gambera esas son piezas de la maquinaria de la integración que son reivindicables a nivel de los cuatro países que dieron buenos documentos. Mercosur sí o no son contradicciones falsas, caemos en ellas cuando los dilemas los planteamos en forma equivocada.

Se confunde inserción internacional con comercio. “Nos oponemos a los acuerdos internacionales que no miran las consecuencias sociales dentro de los países”, dijo el representante de los trabajadores organizados.

El gobierno dijo que no iba a ideologizar e hizo todo lo contrario a lo que dijo. Hizo una opción ideológica contra una acción pragmática de inserción internacional para el Uruguay, resumió Gambera.

Tenemos que encontrar alianzas que permitan esta conformación de la acumulación de riqueza en cadenas de valor y ahí me parece clave generar alianzas para recibir formación y transferencia de conocimientos.

Otra tarea es formar cuerpos diplomáticos capaces de insertar al Uruguay en el mundo, incluida el arte y la cultura de nuestro país. Esto facilita alianzas para generar intercambio de conocimiento, también para superar la venta únicamente de productos primarios.

Y el nuevo modelo de desarrollo debe estar basado en un gran acuerdo nacional, con la integración con nuestros vecinos y, sin dudas, no nos podemos permitir que el país tenga dos dígitos de pobreza infantil, estableció Gambera.

Yamandú Orsi: retomar los grandes principios de la diplomacia del Uruguay y hacer al país un articulador en América

Con respecto a la política exterior, no tengo dudas que el Uruguay tiene que seguir con la línea histórica que nuestros mentores se trazaron en su momento, inició Orsi su oratoria: “no intervención, promoción de la solución pacífica de las controversias, el respeto al derecho internacional, una vocación integracionista y la búsqueda y promoción de los derechos humanos”.

“Somos defensores del multilateralismo, la participación activa de nuestro país en organismos internacionales”, dijo en el conversatorio.

Estamos en un mundo con sus particularidades. Aquella arquitectura internacional de la posguerra cambió, el multilateralismo suele dar señales de dolores típicos de estos tiempos. En este mundo, dijo Orsi, Uruguay no puede desconocer distintas transformaciones. Por ejemplo, el mundo exige posiciones claras ante el cambio climático, no se pueden pasar por alto los cambios tecnológicos y la revolución digital que, entre otras cosas, amenaza al mundo del trabajo.

La globalización genera ciertos desencantos que antes no veíamos. José Mujica siempre dice que la insatisfacción caracteriza al mundo, recordó Yamandú Orsi. Por otro lado, el fenómeno de las migraciones “hace ruidos, con señales muchas veces preocupantes”. América Latina tiene poca capacidad para incidir en la política internacional. La integración tiene debilidades, con desafíos hacia el futuro como la articulación de cadenas de valores, un comercio regional y la interconexión energética y de infraestructura.

La integración es un desafío de carácter político. El Uruguay debe dar un salto de calidad en la coordinación política, más allá de quiénes gobiernen de un lado y del otro. Si hay una política de estado a fortalecer es ésta, fundamentalmente en Uruguay. Quienes analizamos alguna vez la historia del Uruguay, hay mucho de esto, rememoró Orsi.

El país necesita relaciones amplias en materia internacional y al resguardo de los avatares de la vida política, planteó.

En cuanto a la integración regional, dijo que el Mercosur necesita mejoras en la liberación de algunas barreras, es necesario fortalecer la Celac, dinamizar la Unasur. Uruguay debe mantenerse firme con la vocación integradora.

La clave para manejar la independencia es la interdependencia inteligente, un rumbo estratégico claro. “No me explico por qué algunas herramientas como Uruguay XXI se las debilita, aceptamos el desafío de integrar a los actores de la actividad privada en estos organismos”, recogió Orsi.

“Creo que las riendas de la diplomacia están en primer lugar en la figura del presidente”, señaló. Por esto, para Orsi las misiones al exterior direccionadas desde la Presidencia van a tener que ser claves para el futuro.

Hay que profundizar la articulación entre los colosos que tenemos al lado. El contador Enrique Iglesias organizó la primera reunión de cancilleres argentino y brasileño, en los años 1980. “Por qué no podemos ser articuladores entre dos países clave para el futuro de América del Sur”, dijo Orsi, retomando esa línea de trabajo internacional.

“Quién les dice que no podamos ser en la región un país garante y escenario de paz, promover la articulación pacífica y ser el puente entre algunos colosos que necesitan de países con vocación republicana. Necesitamos preparar a nuestro sistema diplomático para constituir al país como un faro en la región”.

Para finalizar, Orsi concluyó: “Uruguay tiene un desafío por delante, lo que implica mayor audacia para ser creativos, cambiar inercias, con un estado más eficiente, con más tecnología y más profesional”.

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