«Que el progreso tecnológico no nos embrutezca el corazón», pidió Pepe Mujica.
«Un cambio fenomenal en el campo del trabajo», cuyo desafío es colosal, observa José Pepe Mujica de cara al futuro, como nos tiene acostumbrado cada vez que reflexiona.
«Trabajo va a haber, pero hay que tener capacidades para ese trabajo; para eso hay que gastar una fortuna sino quedamos en el pelotón de los rezagados». Hay que hacer un esfuerzo para que los medios económicos del país sean capaces de rendir para las necesarias inversiones en educación superior.
Corremos peligro en la división del mundo en dos partes: los dueños del conocimiento o «los irrelevantes», aquellos que no sirven ni para que los exploten.
Los americanos del Sur iniciaron su gesta independentista junto a la revolución industrial. No es casual que las capitales de los nuevos estados se ubiquen en los puertos, mientras en Europa están en el centro de los países, menos Londres. En ese marco, identificó Pepe, pagamos la independencia política con nuestra independencia económica y cultural. «Gardel no fue Gardel hasta que no triunfó en París», dijo como ejemplo. O los dichos de Sarmiento: «No trate de economizar sangre de gauchos» que «es lo único que tienen de seres humanos esos salvajes».
Apología a todo lo europeo. Hoy también tenemos deudas, ¿cuál es el nombre de los no menos de 15.000 cadáveres de los gauchos de la patria vieja artiguista? Ni los nombres conocemos. Mujeres que rompieron todos los moldes y se fueron al Ayuí con sus hijos. O Joaquín Suárez que murió pobre con 88 años, «no tengo cuentas para cobrarle a mi patria».
Timoteo Aparicio cruzó el río Uruguay para hacer la revolución, con 200 pesos. O Aparicio Saravia que pidió recursos al Honorable Directorio pero le respondieron que no había fondos y entregó los títulos de sus tierras: «prefiero dejar a mis hijos pobres pero con patria».
Los pueblos tienen que tener épica. Qué mejor ejemplo que el sistema político ponga de su bolsillo para darle una mano a los hogares de tantos niños y niñas que viven por debajo de la línea de la pobreza, reclamó Pepe.
Que el progreso tecnológico no nos embrutezca el corazón, pidió.
Es que por esto tenemos dificultades para la integración entre países: «porque no tenemos amor». No nos damos cuenta que integramos una comunidad, somos el 6% de la población mundial. Sin una sola reunión de presidentes, pusimos el 30% de los muertos por covid-19.
No podemos coordinar las aduanas, ni las fronteras, ni la migración, ni las universidades. Montones de cosas que son de fundamento, ni de derecha ni de izquierda. ¿Qué le cuesta a un país tener un destacamento de bomberos preparado para dar una mano a otros países? ¿O bancos de órganos para compartir con los vecinos? ¿O posgrados en nuestra América? ¿Que coordinen los bancos centrales para funcionar con nuestras propias monedas?
A veces parece que no queremos defender con fuerza continental la poca soberanía que nos queda. Tratar de cultivar una cultura que nos identifique. Nos pusieron «latinoamericanos», pero con ese nombre ¿cómo integramos a los que robamos de África? ¿Los pueblos indígenas? Somos eso y muchas cosas más. Necesitamos identidades propias, porque los sapiens precisamos símbolos para resumir nuestras emociones grandes.
Tenemos montones de guerras en el mundo cuando deberíamos estar llevando el agua a multitudes, no tenemos vergüenza con los débiles.
El mensaje más profundo en América Latina desde el punto de vista social es el artiguismo. Uno de aquellos que se acordó de los desheredados. Porque a diferencia de los libertadores, «todos pichones de la aristocracia criolla», Artigas en su Reglamento de Tierras se acordó de los indios, de los zambos, de las mujeres viudas de la guerra. Puso a un indio de gobernador, con Andresito. «Hay que ir hasta México para encontrar algo parecido», subrayó.
Es el fundador del mensaje social en nuestra región. Es un sello propio al federalismo y a su apuesta al republicanismo. Ese tajo dejó una identidad, un pedazo de historia y la herencia de las luchas federales. Nuestra nacionalidad tiene orígenes diversos.
Pero nuestra cultura política, formada por una síntesis, porque los hombres y mujeres grandes que hacen a las sociedades no tienen divisa. Son la divisa, como dice el Ruso Rosencoff.
Bernardo Berro dice, por ejemplo, ahí está la Constitución, ahora hay que hacer república. Y la hicieron. Contribuyeron a crear un sentimiento nacional que existe y es real.
«Nuestra independencia se la debemos a esos gauchos anónimos, esos analfabetos curtidos que la vida dio. A esos».
Para cerrar, comentó: «Tengo libertad. Aprendí pila de cosas de Marx pero yo soy estoico. Aprendí algunas cosas de Marx que las respeto; en otras estaba medio loco. Cuando leí ese disparate de los ingleses que van a la India a desarrollar la clase obrera…, menos mal que vino Ghandi», sintetizó. Porque «no hay que ser fanático, hay que aprender de todo».
«No tengo la culpa del partido que me tocó jugar. Se dio así. Los pájaros nacen sabiendo hacer el nido. Nadie les enseña. Los humanos, los sapiens, nacemos con una contradicción. Una cuota de egoísmo que tiene que luchar por vivir aunque sabe que está condenado a morir. Pero somos gregarios, no podemos vivir en soledad. Necesitamos el amparo de la ley, la que nos permitió crear civilización. No podemos vivir peleados con la biología, hay que abrirle puertas a lo más profundo. Lo que la naturaleza hace, lo hace bien: nos puso dos orejas y una sola boca; nos puso dos ojos para adelante, habría sido útil poner un ojo sobre la espalda, pero apostó a la esperanza del mañana. Aprendamos de la naturaleza».
Hoy se presentó “Otros mundos posibles” un libro de diálogos con Pepe, un compañero que ha dedicado su vida a buscar, pero sobre todo a construir, otros mundos posibles.
— MPP 609 (@MPP609) June 12, 2024
Una sala llena de compañeros y compañeras que acompañaron atentos y atentas esta presentación que sin dudas… pic.twitter.com/cLgZPZjwNC
Por un país con más y mejores oportunidades, más salario para quienes no llegan a fin de mes, para proteger a la infancia, para trabajar por la seguridad.
Si bien no hay recetas mágicas, debemos construir un gobierno que sea superador a este de la coalición, pero también al último del FA.
“Este gobierno se ha caracterizado por cometer errores, todos de este tipo, que lindan con la corrupción, sin lugar a dudas”, dijo la compañera Cecilia Cairo.
Faltan controles en seguridad, con fronteras declaradas como “un colador” por las propias autoridades actuales. El diputado Sebastián Valdomir analiza la situación de la seguridad en el país.
Un repaso de del compañero Ernesto Agazzi sobre un documento fundamental que nos legó José Gervasio Artigas.
Con Pacha y Blanca, con Pepe y Lucía en el corazón, desde este sábado la 609 sale a construir la victoria popular para que el Frente Amplio sea gobierno, con Yamandú Presidente.