En una nueva entrega de su habitual espacio radial en M24, el compañero y expresidente José «Pepe» Mujica manifestó su preocupación por la situación en relación con la distribución de cargos y nombramientos políticos del gobierno entrante, además de proponer un mecanismo legal en pos de fortalecer la democracia uruguaya y el carácter republicano de su gobernanza. A continuación las palabras del compañero Mujica y su audición.
«Quería recordar hoy aquella conocida frase de Napoleón que decía, más o menos: “Cuando tengo un cargo para dar, me hago de dos enemigos: uno, el que lo recibe y que considera que es poco; y, otra, el que pensaba que ese cargo era para él”.
¿Por qué recuerdo esta frase napoleónica, de alguien que tuvo que manejar una gran burocracia? Porque —naturalmente— el gobierno entrante está sometido al fuego cruzado de una danza de nombres por todas partes. Y mucho más cuando tiene que tener en cuenta los desequilibrios de las distintas fuerzas políticas que lo apoyan. En realidad es un esfuerzo impro y seguramente lleno de dificultades.
Pero en este caso me refiero a los cargos que pueden cubrir la nomenclatura importante en puestos más o menos de dirección del gobierno entrante. Pero a esta dificultad —que es grande—, entre una fuerza que supone la presencia de seis o siete socios, hay que sumar la dificultad práctica y política de que republicanamente la oposición pueda participar en algunos lugares que aseguren ese natural control republicano que parece conveniente para el país por la sencilla razón de que nadie te va a controlar más que tus adversarios políticos.
Y esto, en definitiva, ayuda a contener, por un lado los errores y, por otro, las ocasionales desviaciones humanas que, por aquí o por allá, se pueden dar. Habría que sumar, además, que no por tener adversidad política, en muchos casos, se puede enriquecer el panorama de visión. Se puede globalizar en puestos importantes de dirección, aún estando en minoría, pero aportando en la discusión. Colocando problemas y salidas que puedan ayudar. Pero las dificultades que tienen nuestros sistemas, deberíamos quitarlas de la responsabilidad de los gobiernos de ocasión.
Y deberíamos propender a encontrar, por vía de la ley, una metodología que defina, definitivamente, la participación de quien es oposición, con algún grado de definición de proporcionalidades con alguna metodología legal definida. Y no dejar esta cuestión al libre ocasional albedrío de los gobiernos de turno, porque en cada periodo de gobierno este asunto se presenta. Se han aplicado los más diversos criterios y no parece que esto sea conveniente por su inestabilidad para el destino de la república».
«Deberíamos de tener la madurez global de desembocar en un camino legal, discutido y acordado, que establezca una metodología y una proporcionalidad definida que le dé un respiro. El cumplimiento de un camino legalmente trazado a los futuros gobiernos y no esta peripecia de negociación que se tiene que dar cada vez que asume un nuevo gobierno.
Recordemos que en esto ha pasado de todo. De todo. Desde no permitir la participación de la oposición en el último gobierno blanco, porque no había concordancia de línea —se decía—, hasta tener una participación (renga) cuando el avenimiento de otros gobiernos (de los gobiernos del Dr. Sanguinetti) y, en definitiva, a tener una alta participación en algún caso de gobiernos del Frente, a tener una menor participación en otros casos de gobiernos del Frente. Y así sucesivamente.
Nos parece que deberíamos, jurídica y legalmente, fijar un camino, fijar una metodología que inequívocamente —como en otras cosas existen—, encuadre a los gobiernos del futuro y les quite los sinsabores que imponen negociaciones siempre llenas de dificultades, de subjetivismo y que creo que no hacen bien. Por el contrario, el progreso institucional de la república puede ayudar a un progreso en las relaciones políticas que mejoren la calidad del sistema representativo.
De todas maneras, nada de esto lo veo en el corto plazo. Y el peligro que inmediatamente pasado esto ya nos olvidemos, y dentro de cinco años el Uruguay esté de vuelta, a discutir otra vez, enfrentado con las mismas dificultades… el único animal capaz de tropezar varias veces con la misma piedra, es el humano».
El compañero Sebastián Sabini subrayó que la elección de horas en formación docente se realiza sin conocer cuáles programas educativos se van a implementar ni el sistema de pasaje de grado. "Nunca había pasado que un profesor elija una materia sin saber qué es lo que va a dar", subrayó el senador.
“Creo que el presidente tiene temas más importantes que atender como para darle trascendencia a mi opinión”, dijo el compañero Yamandú tras la referencia del presidente Lacalle Pou sobre “la manija” por el caso de los pasaportes.
Lo que destacó a este período de transformación educativa –y caracteriza su desarrollo actualmente– es la falta de participación de los principales actores del sistema, la carencia absoluta de sustento empírico y teórico de los cambios impuestos, entre otros temas.
Entiendo que nos debemos una discusión franca y seria sobre el problema del crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de dinero. Llegamos a un punto en que ningún integrante del sistema político puede ignorar el problema.
“Lo más importante luego de la comparecencia es que estamos muy lejos de las 50.000 viviendas; ni siquiera vamos a llegar a la mitad de ese número en el período”. El senador Sebastián Sabini también observó los recursos que se destinan a asentamientos.
En momentos donde la crispación gana espacio, el MPP buscó una instancia amplia, abierta, horizontal y constructiva con todos los uruguayos que busquen acercarse a un proceso de construcción alternativo, por un Uruguay exportador de su conocimiento.