El Parlamento asiste a un nuevo incumplimiento de una promesa electoral. Con la reforma de las jubilaciones y pensiones se modifican las reglas de juego, tal como prometió en campaña el actual presidente Luis Lacalle Pou.
El compañero Alejandro Sánchez subrayó en el debate parlamentario por el proyecto de ley de reforma jubilatoria que el país sabía la necesidad de discutir cambios en la seguridad social, porque abarca enfermedad, despido, desempleo, discapacidad, edad avanzada, etcétera, todos elementos que refieren a la protección de la vida digna para todos los uruguayos.
Es por esto que se requería un diálogo social amplio para tratar la cobertura y la suficiencia del sistema de protección social porque, de lo contrario, asistimos a una discusión “renga”, como calficó.
Pero hoy el Gobierno le dice a la gente que todos ganarán más con la reforma, una inconsistencia porque no se puede achicar el gasto y a la vez aumentar las jubilaciones, como señalan varios documentos de diferentes organizaciones que están especializadas en la protección social. Dos terceras partes de los trabajadores cobrarán menos, indica el informe del CINVE, por ejemplo. Por tanto, esta reforma es una expresión de deseo que no se sustenta: “hay que tratar esto en época de Papá Noel y los Reyes Magos”.
Más requisitos para cobrar una jubilación
Una de las consecuencias de los cambios que la coalición de derechas intenta establecer es que los trabajadores menos calificados, los que tienen más problemas y más dificultades para completar los requisitos para jubilarse, en especial las mujeres que son empleadas domésticas, pierden derechos.
¿Qué ocurrirá con esa empleada doméstica que no llena los requisitos para jubilarse?, se preguntó Pacha Sánchez. Deberá esperar hasta los 70 años para acceder a una jubilación no contributiva, respondió en la sesión.
Ese es el camino y el financiamiento será por el ajuste a los trabajadores más precarios, los que van a contribuir con sus aportes pero después no se podrán jubilar por sus aportes sino por la pensión a la vejez.
Esta es la reforma del revés: deberíamos discutir cómo protegemos a los más pobres sino cómo financian el sistema. Esto no está en la discusión. Votamos en contra de hacer una reforma que recorta para abajo, que no se anima a tocarle los beneficios a los más privilegiados, una reforma en las que no se tratan a todos por igual.
«El Frente Amplio seguirá comprometiendo su esfuerzo en lo que resta el debate parlamentario para establecer con claridad la confrontación y oposición dura a una reforma que no es la solución que precisa el Uruguay, y nos encontrarán siempre en cualquier lugar, en el Senado, en la Cámara de Diputados y en la calle, tratando de parar una reforma que lo único que hace es quitarle derechos a la gente”.
Luego de las palabras del compañero Pacha, se desató el aplauso en las barras de la Cámara de Senadores, lo que provocó la reacción de la vicepresidenta, quien ordenó el desalojo de los espacios reservados para que la gente se informe en directo de las discusiones de sus representantes.
Educación, salud mental y trabajo entre las preocupaciones de los más jóvenes, en un diálogo profundo con Pacha y Blanca.
“Es nacido de un trabajador común y corriente. Y representa, precisamente, el tipo medio de lo que es el Uruguay. Por eso lo voto y le pido a mi pueblo que lo acompañe”.
El compañero Daniel Caggiani señaló que Yamandú Orsi se presentó en el debate presidencial con propuestas claras y una visión de futuro, logrando contrastar dos modelos de país distintos.
Desde Las Piedras, donde el interior y el país metropolitano se abrazan, Yamandú Orsi llamó a reconciliar las distintas realidades para construir un país de certezas.
Proponemos un cambio en el que todos podamos vivir tranquilos, con más solidaridad, con más bienestar. “Sabremos cumplir”, dijo Yamandú Orsi.
Si no creyéramos que los humanos pueden construir un mundo un poco mejor, menos ruin, menos egoísta, ¿qué sentido tiene la vida y qué precio tiene la esperanza?