La figura política más importante de los últimos 50 años en Brasil es el séptimo hijo de una familia de clase obrera. Descendiente del Pernambuco pobre y del San Pablo metropolitano, lustrabotas a los 12 años, obrero fabril en su juventud (perdió el dedo meñique en una prensa). Líder sindical, en 1979 condujo la gran huelga general que paralizó al Brasil que reclamaba “direitas ja!” tras una cruenta dictadura militar iniciada en 1964 contra Jango, João Goulart.
Preso político, principal líder opositor en la recuperación democrática, conductor del pueblo hacia la presidencia que alcanzó en 2003. Millones de brasileños salieron de la pobreza con las políticas que impulsó. El político más votado del mundo, en las elecciones siguientes. La cárcel, otra vez. Pero no fue suficiente.
Hoy, a tus 77 años, el pueblo volvió a reclamarte, ahora para promover al Brasil olvidado, la lucha de toda tu vida; pero también para trabajar en pos de la paz, la tolerancia y la democracia, en su significado más extenso posible.
Pepe Mujica ubicó la decisión que Brasil tomó el domingo 30 en éstos términos: “es una elección entre la democracia y el autoritarismo”.
Acompañado por los compañeros Yamandú Orsi, Daniel Caggiani y Sandra Lazo, entre otros compañeros frenteamplistas, el triunfo de Lula da Silva es un estímulo para seguir en la construcción de una América Latina unida y soberana.
Ahora, a unir al pueblo brasileño. Como dijo el propio Lula luego del triunfo: “No me interesa dividir la familia ni generar discordia, quiero restablecer los lazos de amistad que rompió la propaganda criminal del odio, no quiero vivir en un país dividido, en permanente estado de guerra”.
Educación, salud mental y trabajo entre las preocupaciones de los más jóvenes, en un diálogo profundo con Pacha y Blanca.
“Es nacido de un trabajador común y corriente. Y representa, precisamente, el tipo medio de lo que es el Uruguay. Por eso lo voto y le pido a mi pueblo que lo acompañe”.
El compañero Daniel Caggiani señaló que Yamandú Orsi se presentó en el debate presidencial con propuestas claras y una visión de futuro, logrando contrastar dos modelos de país distintos.
Desde Las Piedras, donde el interior y el país metropolitano se abrazan, Yamandú Orsi llamó a reconciliar las distintas realidades para construir un país de certezas.
Proponemos un cambio en el que todos podamos vivir tranquilos, con más solidaridad, con más bienestar. “Sabremos cumplir”, dijo Yamandú Orsi.
Si no creyéramos que los humanos pueden construir un mundo un poco mejor, menos ruin, menos egoísta, ¿qué sentido tiene la vida y qué precio tiene la esperanza?