Nos urge construir un proyecto alternativo que transmita esperanza, que contenga las necesidades de las grandes mayorías.
La compañera Mariana Píriz fue una de las oradoras centrales del acto final del XI Congreso. Recordó que, desde nuestro último Congreso hasta hoy, pasaron muchas cosas. Volvió la derecha al gobierno, con pandemia de por medio que costó muchas vidas. A tres años de administración, el pueblo está sumergido en la pobreza y el hambre.
Este Gobierno tiene muy claro su pertenencia de clase: gobierna para los pudientes. Vinieron prometiendo el derrame y hasta ahora, como recordó Mariana, solo han repartido miseria. Frente a esa realidad, los militantes y las militantes hemos dado muestras contundentes de solidaridad en las ollas, en los merenderos, armando canastas y más.
También nos juntamos, rompimos las estructuras de nuestras organizaciones, salimos a juntar firmas, dejamos “el cuero en la estaca” para tratar de ponerle un freno al recorte brutal de libertades y de derechos que implicó la LUC. No llegamos a derogarla pero, subrayó la compañera, si sabremos sobre dar pelea, perder, caernos y, sobre todo, si sabremos de levantarnos.
Este modelo de desigualdad que nos imponen solo genera pérdida de salarios. Se llenaron la boca con la importancia del interior pero hoy lo único que vemos es como crece el desempleo y la pobreza. Como si fuera poco, ahora nos quiere imponer una reforma de las jubilaciones y pensiones que lo único que hace es hacernos trabajar más para ganar menos. Y nos metió de prepo una transformación de la educación que solo hipoteca el futuro de nuestros gurises y de nuestras gurisas.
La etapa actual nos obliga a redoblar los esfuerzos, a levantar viejas banderas y a instalar otras tantas nuevas. A reflexionar juntos sobre el futuro de nuestro país, porque nos urge construir un proyecto alternativo que transmita esperanza y que contenga las necesidades de las grandes mayorías de nuestro pueblo. A pensar el mundo del trabajo y una estrategia productiva que responda a problemas autóctonos sin importar soluciones de afuera.
Pero sobre todo que tenga como eje central el trabajo, el empleo y la superación de la inequidad territorial. Nos urge construir un proyecto que tenga a las personas como centro, con un verdadero desarrollo nacional, integrado y soberano, que genere un proceso en el cual los trabajadores y las trabajadoras seamos parte de la gestión de las empresas, que identifique la necesidad de incorporar tecnologías, que entienda la necesidad de los trabajadores y las trabajadoras de calificarse para poder trascender lo que hemos hecho hasta ahora.
Compañeros y compañeras: culminamos este congreso levantando bien alto la bandera de la esperanza, reafirmando nuestro compromiso con las causas populares, reivindicando todas y cada una de las luchas que dan todos nuestros compañeros y compañeras. Levantando también la causa de los compañeros que hoy ya no están con nosotros, la causa del Bicho, la causa de Gabriela. La causa de nuestro querido Cincunegui.
Nuestro compromiso sigue con las y los de abajo, es seguir construyendo, junto con el pueblo. ¡Arriba nosotras y nosotros, arriba cada uno de las compañeras y compañeros que día a día se rompen el alma militando, arriba el MPP y a seguir construyendo una patria para todos y para todas!
Educación, salud mental y trabajo entre las preocupaciones de los más jóvenes, en un diálogo profundo con Pacha y Blanca.
“Es nacido de un trabajador común y corriente. Y representa, precisamente, el tipo medio de lo que es el Uruguay. Por eso lo voto y le pido a mi pueblo que lo acompañe”.
El compañero Daniel Caggiani señaló que Yamandú Orsi se presentó en el debate presidencial con propuestas claras y una visión de futuro, logrando contrastar dos modelos de país distintos.
Desde Las Piedras, donde el interior y el país metropolitano se abrazan, Yamandú Orsi llamó a reconciliar las distintas realidades para construir un país de certezas.
Proponemos un cambio en el que todos podamos vivir tranquilos, con más solidaridad, con más bienestar. “Sabremos cumplir”, dijo Yamandú Orsi.
Si no creyéramos que los humanos pueden construir un mundo un poco mejor, menos ruin, menos egoísta, ¿qué sentido tiene la vida y qué precio tiene la esperanza?