“El mercado no se va a ocupar de la pobreza ni de los que quedan desvalidos al costado del camino. Esa es la función del Estado”.
La política no es una profesión, nos recordó Pepe Mujica este martes 19, en el cierre de campaña del Espacio 609, en El Galpón. Esto es por una pasión que surge de nuestra naturaleza gregaria, individuos con una cuota de egoísmo para pelear por nuestra vida, aun sabiendo que nacemos condenados a morir. Pero gregarios, seres necesitados de una sociedad que nos ampare. La política vino a sostener la existencia de eso que ha creado civilización, nuestra sociedad.
La política no es mercancía, no se entra a la política para arreglar la situación económica propia. Hay que jugarse el cuero, nos recordó Pepe. No están para acomodarse y vivir panza arriba. Están para vivir como vive la mayoría del pueblo. La política es un compromiso.
“Peleo para que el sistema político aprenda de nuestro pasado histórico; hay lecciones que conmueven como las miles de mujeres que se fueron a acompañar a José Artigas en su Exilio al Ayuí. O los más de 15 mil gauchos rotosos de los que la inmensa mayoría ni siquiera sabemos su nombre”.
“O los gestos heroicos de un Uruguay más pobre, más humilde. Pero más entregado. Cuando Joaquín Suárez recibe al jefe de la Cruzada Libertadora le arrima más de 50 mil pesos duros. Una fortuna puso. Ocupó todos los cargos menos el de adulón de los portugueses. Fue respetado por todos. Llegó a anciano y estaba quebrado. Le quisieron pagar que prestó al Estado y les respondió: ‘yo no le llevo cuentas a mi patria’”.
“O Aparicio Saravia, a quien le hacen tanto homenaje y le dan tan poco respeto, que en el 1896 fue a hablar con el Directorio y les dijo “hay que largarles la guerra” y le respondieron “¡no! es anarquía y no hay plata”. Pero volvió, con las escrituras de su campo y las de su hermano, y les dijo: ‘prefiero dejar a mis hijos pobres pero con patria’”.
La política requiere épica, compromiso, actitud moral. Ningún Estado va a enfrentar los problemas sociales solo con sus armas si no moviliza la fuerza del pueblo, enfatizó Pepe. El Estado es una herramienta. Depende de nuestra ética o nuestro compromiso que sirva para clavar o para romperte la cabeza. Y si nos equivocamos, podemos trabajar de buena fe y los que no tienen amor a su pueblo “que se dediquen a otra cosa”.
Para eso, el pueblo tiene que creer en la gente que dirige y ellos tienen que poner todo encima de la parrilla. Necesitamos despertarles el alma y eso es responsabilidad de la política. Necesitamos empatía y mostrarles el compromiso.
Pepe propuso poner el hombro para ayudar a las madres pobres con hijos. “Ay!!! Demagogia!!!”. “¡Te guardás hasta la plata del cambio cuando te vas de viático al exterior!”. Hay que rescatar el compromiso y la moral.
Nosotros luchamos por más igualdad, pero no quiere decir “andar igual”, porque la naturaleza es creativa y nos hace únicos. Hablamos de la igualdad en el derecho a las oportunidades al arranque de la vida.
Y todos sabemos que nuestra democracia es hasta el momento el mejor sistema que hemos podido inventar los humanos. Pero es “una hermosa porquería” por la cantidad de mentiras que encierra desde el punto de vista práctico, como dijo Winston Churchill. La lucha es por mejorarla infinitamente, porque el hombre puede y debe hacerlo. No podemos creer que esta es la última etapa del género humano porque eso no es confiar en la humanidad.
La riqueza ha cambiado. De los 100 grupos económicos más importantes del mundo más de 50 son empresas, no países. Semejante concentración de poder económico es, a la corta o la larga, concentración política. “Estamos en riesgo de caer en una plutocracia”, advirtió Pepe.
La democracia necesita profundidad y los defectos del Estado son los defectos nuestros porque no profundizamos el mensaje de la democracia, es una batalla por darse.
Inventamos controles por todos lados, pero los bomberos no se pisan la manguera entre sí. Hay que hacer controles de abajo hacia arriba. Hay que darle poder al pueblo para que controle arriba.
Esta lucha por más democracia nos ha demostrado que no llegamos al final de la historia ni nada que se le parezca.
“Pertenezco a una generación que se está yendo”, reconoció. “Nosotros pensábamos que cambiando las relaciones de producción y distribución íbamos a tener un hombre nuevo. Ideologizamos al homo sapiens, pero resulta que es un animal emotivo que aprendió a pensar y que sin cambio cultural no cambia nada”. Una realidad económica puede cambiar, pero no así la cultura.
Esto es relevante para nosotros, que estamos en una larga lucha por la liberación nacional. ¿Y qué es la liberación nacional? Apenas un medio: “ser un país desarrollado para invertir en la cabeza de nuestra descendencia, una nación culta e instruida para poder plantearnos mejorar el alma que cambien la cimiente humana, ser menos egoístas”.
Con la idea de desarrollo no alcanza. Hay naciones desarrolladas pero tremendamente infelices, señaló. La gran pregunta es qué sentido tiene nuestra vida y te pide una respuesta: ¿venimos a sufrir y a pagar cuotas? “Déjenme morir soñando en el desafío socrático de que los hombres pueden mejorar su alma, la gran apuesta que intentaron las grandes religiones y que aún es una tarea pendiente”.
Y expresó: “Si los hombres pueden modificar la naturaleza, ¿por qué no podrán cambiar para colaborar y salvar la vida en el planeta y de la propia especie?”.
Este proceso electoral “parece una feria de propuestas macanudas… Hay muchas que me gustan pero, ¿con qué lana, querido? Este gobierno corta cintas, pero no paga Creditel, ¡pagás vos después! Y en moneda nacional indexada con los respectivos intereses…”.
Se gastaron lo de los siguientes gobiernos y los angelitos de candidatos que tenemos van y prometen esto, lo otro y lo otro… “Yo no critico las intenciones, pero si queremos enfrentar la deuda social de este país, necesitamos recursos y la discusión es cómo hacemos para crecer la economía. Esa discusión no la veo”, criticó Pepe de la campaña actual.
El país es todo, la suerte de sus 19 departamentos. El 25% de la divisa que ingresa al país “tiene olor a churrasco”, recordó Pepe. Hay que incentivar lo que ya sabemos hacer. Empieza con más terneros, apoyo a 6 mil productores que necesitan apoyo. Vendemos leche, pasto transformado. Pero compite con los países que protegen a sus productores y a los nuestros les faltan predios. Necesitamos diez o quince años de trabajo de Colonización para garantizar el acceso a la tierra.
Tenemos unos arroceros que superan a los mejores del mundo en calidad. Más del 90% del arroz uruguayo es para traer divisa. “¡Eso camina! Hay que darle manija a ese país real. Pero no veo una palabra del país agropecuario”.
¿Cómo se va a hacer política de un país que es agroexportador y ni se entera de la existencia de estos problemas? Ni tengo que hablar del cambio climático, el mayor insumo de la historia es el agua. No quiero hablar de la sombra, los novillos se tiran en las sombras de las columnas las rutas.
Gobernar en democracia no es aplastar, no es perseguir, no es mandar para mis amigos. Es la lucha permanente por convencer, por transformar al enemigo en adversario leal. Empieza por escuchar, hay que entender que elegir una candidatura no es suscribir por una monarquía con un cheque en blanco. Es un contrato con un funcionario que pertenece a la representación de todo el pueblo. De los que votaron y los que no.
Buscar acuerdos por el largo plazo. Por la ciencia, hoy en la edad del conocimiento. ¿Dónde concentramos los recursos? Tiene que haber una decisión política y planteo: dedicar el estudio de la ciencia y la investigación a la salud animal porque el país gasta mil millones, porque estamos en el lugar más ganadero del mundo y al lado de Brasil, el primer rebaño del mundo. Ahí tenemos una oportunidad.
Tenemos que ser más abiertos con quien se ha abierto a nosotros. Le vendemos a San Pablo más que a cualquier país europeo. No puede ser que los bolicheros de mi país paguen la lechuga al contado y las grandes cadenas difieran a 90 días trabajando “con la tuya” y te pidan descuento y les permitamos semejante estafa.
Tenemos que usar la herramienta del Estado no para generar burocracia sino para generar esperanza. Sin un escudo, los pobres están condenados. El mercado no se va a ocupar de la pobreza. Y el Estado precisa recursos y la vía impositiva es corta. No queda otro camino más que multiplicar la economía.
“Quiero colaborar no solo con mi partido, con el Frente Amplio. Quiero colaborar con el sistema político uruguayo, elevar la categoría del debate que estamos teniendo. Menos odio, menos marginación, menos chisme, y más altura en la discusión”.
“Porque nuestro pueblo es el espectador, nos tiene que juzgar y también nos tiene que enseñar y nos tiene que ayudar, porque si el pueblo no ayuda, no hay gobierno bueno. Gracias y hasta siempre”.
“Quiero colaborar no solo con mi partido, con el Frente Amplio. Quiero colaborar con el sistema político uruguayo, elevar la categoría del debate que estamos teniendo. Menos odio, menos marginación, menos chisme, y más altura en la discusión”.
“Quiero colaborar no solo con mi partido, con el Frente Amplio. Quiero colaborar con el sistema político uruguayo, elevar la categoría del debate que estamos teniendo. Menos odio, menos marginación, menos chisme, y más altura en la discusión”.
“Porque nuestro pueblo es el espectador, nos tiene que juzgar y también nos tiene que enseñar y nos tiene que ayudar, porque si el pueblo no ayuda, no hay gobierno bueno. Gracias y hasta siempre”.
Reflexiones de una larga vida dedicada a la militancia y la lucha de José Mujica y Lucía Topolansky.
La distinción que creó Simón Bolívar y que el país hermano entregó a nuestro querido Pepe Mujica por su labor hacia la unidad colombiana.
La emoción de dos amigos que ofrecieron sus energías por la unidad popular y la mejora de los más sumergidos de nuestra América.
Mensaje de José "Pepe" Mujica en el Congreso del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD).
"El gobierno que venga va a tener que tener capacidad de crear un clima que permita acercarse, negociar e intercambiar".
“Es nacido de un trabajador común y corriente. Y representa, precisamente, el tipo medio de lo que es el Uruguay. Por eso lo voto y le pido a mi pueblo que lo acompañe”.