En una nueva entrega para su habitual espacio radial en M24, el senador y expresidente de la república, el compañero José «Pepe» Mujica, recordó su planteo en relación con la necesidad de que los sectores más pudientes y acomodados de la sociedad uruguaya efectúen un aporte financiero para que «la masa de trabajadores más humildes del país no termine solventando esta desgracia», llamada Covid-19, «que nos ha caído encima». A continuación repasamos algunas de las palabras más importantes en las reflexiones de «Pepe» Mujica y su audición.
El senador Mujica dio comienzo a su espacio radial lamentando los modus operandi de los grandes medios de nuestro país en relación con la cobertura de la situación sanitaria. En este sentido, el compañero hizo hincapié en el hecho de que durante los días que actualmente atraviesa nuestros país, hemos constatado a través de los medios masivos de comunicación una suerte de «gritillo liberal» en el sentido de «procrear la libertad en su máxima expresión» y que si bien esto es «un concepto muy bonito», curiosamente, «parte de la gente que se dice de credo liberal» en realidad «parecen liberales de pacotilla (…) por un lado dices un concepto plausible, por el otro lado lo niegas», criticó a quienes «son parte de una forma de pensar que en el fondo ni por asomo es liberal».
Conjuntamente, señaló que «parecería que mucha gente informada» de diversos ámbitos (política, economía y dirigencia sindical, por ejemplo), aunque «seguramente con buena intención: no miden o miden con una especie de esperancilla, la hondura de la tragedia que está viviendo el mundo» así como «las consecuencias» que la pandemia irá dejando.
Sin antecedentes recientes de un golpe global de similar magnitud, continúa el expresidente, «habría que remontarse a la Segunda Guerra Mundial» para encontrar un fenómeno o proceso tan masivamente dañino. Y es que ya «hay más de 3000 millones de trabajadores (…) con los brazos esperando en distintas formas de cuarentena». Una cifra de mano de obra que «equivale prácticamente sl 60, 70 % de la capacidad activa laboral del mundo», refirió el compañero Mujica.
Posteriormente, Mujica señaló que incluso manejando ese dato, «todavía estamos lejos de poder medir y sentir las duras consecuencias que va a tener en la economía del mundo» esta pandemia, y, por lo tanto, en nosotros. En este sentido, agrega el senador, «sobran los analistas que pronostican que esta va a ser una crisis peor a la de 1930, que están gritando que el mundo entra en recesión.
Porque «además de la crisis que ha desatado este virus (…), hay algo que disimulamos: un gigantesco nivel de deuda acumulado en el mundo entero (…) gigantesco al punto de que un niño que abrió los ojos al nacer, ya «carga con una deuda de 25 000 dólares». Un dato «que surge de promediar (…) el conjunto de deudas» privadas y públicas. «Hay un endeudamiento feroz» que es «consecuencia inexorable de esta etapa del capitalismo consumista, que genera una civilización de deuda».
«Con este telón de fondo, de lo que pasa en el mundo», continúa Mujica, lo que sí se puede prever desde ahora es que «se va a resentir el mercado mundial (…) con un desplome de las empresas, las economías y los intercambios. Y como tanta gente parada es valor que se pierde, también los Estados van a recaudar menos en el momento en que tienen más gastos», para intentar contener y mitigar los efectos de ese desplome.
Consecuentemente, el compañero relaciona esas perspectivas internacionales con el hecho de que «en estos días han surgido lógicamente una cantidad propuestas de socorro, de ayuda (…) la mayoría muy dignas», como la del PIT-CNT, pero aun así, «apenas hablamos de la gente que vive haciendo trabajos de cuentapropista (…) sin ningún tipo de garantía ni socorro, ni seguro de paro, ni nada por el estilo». Es que en esta situación «los reclamos sobran» y «el propio gobierno nos acaba de confesar» que «lo que ha comprometido» en recursos constantes para enfrentar esta emergencia «anda por 400 millones de dólares y esta farra recién empezó». «Y son gastos sin retorno y que hay que hacerlos». Sobre este aspecto, Mujica continúa:
«Y de ahí que nuestra preocupación no era reclamar sino establecer de dónde se saca, cómo se saca y las consecuencias que pueden tener las distintas variables para lo que viene, y esto es lo más difícil de ver».
Sobre este punto, ademàs, destacó las actitudes solidarias y compasivas de personas, organizaciones sociales y empresas, valorando que «esto es grandioso desde el punto de vista humano y práctico, pero no nos auto-engañemos» porque «esto no se remienda con caridad» sino tomando «el amargo camino de decisiones de carácter político» orientadas a que «los que medianamente tienen un ingreso acomodado, colaboren, sin pedir mucho por cabeza pero pidiéndoles un poco a todas las cabezas que pueden, a todas (…)».
«De lo contrario», continuó, «el costo económico-financiero de esta enfermedad, más lo que viene después (…) lo va a terminar pagando la masa de asalariados más humildes, los que están en la franja de entre 20 y 40 000 pesos, a lo sumo», más «los desocupados y etc. (…) y no es justo. Si este es un drama de todos, y hablamos de solidaridad, es lo lógico que los hombros más fuertes pongan algo, todos», recalcó Mujica.
De no optarse por esa asunción de compromiso por las personas y sectores más pudientes, «el gobierno tiene cuatro caminos» para poder disponer de «esos recursos» financieros indispensables para enfrentar esta situación. «El primer camino que anda flotando, y es obvio, es jugar a la inflación, ajustando los salarios por abajo», camino abierto de hecho «antes que se desatara esta crisis», ya que «por la movida del dólar» desde el 1 de marzo «el promedio de los salarios y jubilaciones perdió el 10, 12 %», señaló.
«Otro camino que tiene» para seguir el gobierno pasa por «consumir reservas» del Banco Central, opción que «tiene límites» de disponibilidad actual pero además puede «crear una ecuación de deuda y disponibilidad efectiva que nos acogote y obligue a pagar intereses cada vez más altos». «La otra variable» consiste en «endeudarse, endeudarse más, pero solo para cubrir el gasto, y esto sería penoso», tanto como endeudarse para comer.
En este caso, «la lucha inteligente sería endeudarse para ayudar y rescatar al mundo de la economía y del trabajo cuando amaine esta peste», debido a que «va a haber multitud de empresas (…) al borde de la quiebra» que necesitarán «crédito blando con bajos intereses» para recuperarse y «eso solo lo puede hacer el Estado». «Para eso tal vez hay que endeudarse» y «la economía generará medios después para solventar la herida financiera».
Asimismo, remarcó Mujica, «todos estos caminos tienen la peculiaridad de que en el fondo van a recaer sobre el poder adquisitivo del salario», por lo que «hay que plantearse el amargo camino de dónde se saca, cómo se saca y cómo nos perjudica menos a los sectores más humildes en el mediano plazo. Es por esto que planteé» hacer «una gigantesca vaca que incluya a todos; no hablé de salario, hablo de ingreso».
Para generar ese aporte financiero que no golpee aún más a los más vulnerables, «toda esa clase media acomodada hacia arriba tiene que contribuir, tiene que poner algo, no mucho para castigarla, pero sí a muchos, a todos» porque «no se les puede pedir sacrificio a los pobres».
Se trata de que quienes viven más holgadamente y con más recursos «amainen un poco en sus gastos y le den un respiro a la Nación (…) para que el Estado pueda seguir adelante con esta campaña y redistribuir, y que ese costo no se transforme en más endeudamiento (…) porque lo precisamos a posterior (…) para reflotar la economía y que los trabajadores tengan una oportunidad de trabajo, con un sistema empresarial que va a estar en gran medida destrozado», como ya se ve en Argentina con despidos masivos de empresas grandes y «esto es lo que se viene» aquí. «Necesitamos un Estado activo que tenga recursos para solventar el esfuerzo que hay que hacer», resumió al respecto el veterano luchador.
A continuación aludió críticamente a las exigencias de ayuda de algunas organizaciones sociales. «Naturalmente que uno cuando reclama ayuda (…) puede tener enormes razones, pero hay que ubicarse (…) ante los problemas de dónde se saca para gastar, y cuál es el camino» para ello.
No obstante, remarcó, «no veo otro camino que la solidaridad interna de los brazos fuertes, de los lomos fuertes, un poquito todos» de aporte en dinero, ya que «existen vastísimos sectores que les va bien, tienen ingresos importantes y algo pueden aportar. No quiero nombrar quiénes, pero cualquiera que piense un poco se da cuenta», reflexionó Mujica.
«Es la hora de la solidaridad, porque de lo contrario, el costo será enorme» y es de Justicia que «la masa de trabajadores más humildes» de nuestro país «no termine solventando esta desgracia que nos ha caído encima», concluyó el compañero. A continuación la audición completa.
“Mi deber como ciudadano y militante político es renunciar y presentarme ante la justicia para dar todas las explicaciones”.
La historia la construyen los de abajo, con el corazón abierto para luchar contra las injusticias sin pedir nada a cambio. Los que construyen el sueño de una patria para todos.
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