8 de marzo 2024: Las mujeres seguimos acá

La ausencia de políticas públicas y la falta de presencia del estado en los territorios más vulnerables amenazan en un país donde la pobreza tiene cara de infancia y de mujer. Por Soledad Brandon.

Hoy celebramos un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Obvia decir que esta fecha se encuentra cruzada por luchas, sacrificio y ausencias. Conmemoramos un año más de trabajo en el que millones de mujeres alrededor del mundo denuncian las brechas que este sistema genera. Un modelo que las más de las veces no valora las vidas y que para muchas es condena segura. Lamentablemente Uruguay hoy no es ajeno a la tendencia de retrocesos y sus consecuencias.

Las desigualdades de acceso a oportunidades laborales y educativas, la incidencia de los trabajos de cuidado no remunerados en el repliegue hacia la vida doméstica y el número de femicidios que continúa permanentemente en aumento son algunas de las señales visibles que día a día enfrentamos. La ausencia de políticas públicas y la falta de presencia del estado en los territorios más vulnerables amenazan en un país donde la pobreza tiene cara de infancia y de mujer.

Nuestro país hoy no ofrece alternativas reales para el 35% de las mujeres que se encuentra trabajando y perciben salarios de 25.000 pesos o menos. Nuestro país no tiene programas de formación que acompañen a las mujeres jóvenes que por opción o necesidad tienen que trabajar para sostenerse. Además, nos encontramos en un panorama donde aquellas que tienen que organizar cuidados para sus hijas, hijos o familiares que lo precisan tampoco tienen respuestas adecuadas.

Hoy nos toca tomar el desafío de mover estos esquemas, continuar desarrollando y profundizando los caminos que ya supimos recorrer. Es urgente poner de relevancia la situación de aquellas que están más sumergidas y buscar los mecanismos para generar empleo de calidad, acceso a vivienda y educación.

Además, esta administración generó que hoy haya más de 1000 mujeres privadas de libertad y más de 40 niñas y niños que viven con sus madres en esa situación. Cuando pasamos a analizar las causas de esto aparece que más de la mitad de estas situaciones está asociada al microtráfico. Un sistema colapsado y que corta por el hilo más fino no logra brindar las garantías necesarias para la reinserción adecuada de estas mujeres ni sus familias.

Uruguay sigue teniendo una emergencia nacional declarada en torno a los femicidios. En 2023 se registraron 19 femicidios entre enero y noviembre y el Ministerio del Interior recibió una denuncia de violencia de género cada 12 minutos entre enero y octubre. Frente a esto seguimos esperando respuestas que brillan por su ausencia. No podemos olvidar que de las promesas de juzgados especializados para el interior a este momento tenemos uno (1) sólo funcionando.

Un capítulo aparte merece el avance incesante de los delitos sexuales hacia niñas, niños y adolescentes y, otra vez, el silencio y la falta de acciones concretas a todos los niveles por parte de este gobierno. Se juega con el hoy y con el futuro, se juega con aquellas y aquellos que deberíamos proteger con todo lo que podemos y no pasa nada.

Frente a esto ¿qué queda por hacer? Nos queda no renunciar, recordar y seguir haciendo.

Nos queda encontrarnos, intercambiar, buscar lo que tenemos en común y seguir luchando.

Nos queda definir prioridades y que «las más infelices sean las más privilegiadas». Queda tender la mano a nuestras niñas y niños y mostrar que hay otro Uruguay posible.

Hoy seguimos defendiendo largas conquistas, denunciando los retrocesos, todas juntas, otro mañana está cerca.