La aprobación del Presupuesto Nacional en la Cámara de Diputados representa un triunfo político, económico y social para el gobierno y su bancada parlamentaria. No solo porque logró superar con éxito el desafío de un oficialismo sin mayorías parlamentarias, sino porque lo hizo en un contexto de déficit fiscal histórico y complejidad económica, demostrando capacidad de diálogo, responsabilidad y visión de país.
Desde el punto de vista político, el resultado consolida una estrategia que permitió tener a un Frente Amplio detrás de un proyecto compun, sin fisuras en los ejes centrales del presupuesto. La media sanción no solo fortalece al gobierno en su hoja de ruta hacia la justicia socal, sino que deja en evidencia la fragmentación de la oposición y la definitiva disolución de la Coalición Republicana, que no logró sostener una posición unificada ni siquiera ante la principal ley de un período de gobierno.
En el plano económico, el presupuesto constituye una victoria doble: pese a las restricciones fiscales heredadas (más de 1.200 millones de dólares de agujero), las reasignaciones y aditivos se realizaron dentro del espacio fiscal definido, sin recurrir al ajuste sobre el gasto social. El financiamiento, además, se sustenta en una reforma tributaria progresiva, que recauda más desde los sectores de mayor capacidad contributiva, priodizando al capital por sobre el trabajo.
Desde el punto de vista social, el Presupuesto preserva las prioridades fundamentales: infancia, educación, salud, vivienda y seguridad. En lugar de recortar, se invierte; en lugar de ajustar, se protege. El resultado es un instrumento que pone el acento donde más se necesita: en los hogares vulnerables, en los niños y niñas que esperan oportunidades, en las familias trabajadoras que sostienen al país.
Pero el debate presupuestal también dejó al descubierto una oposición dividida, sin proyecto común ni coherencia ideológica. Mientras que durante el gobierno practicaron políticas neoliberales, de reducción del Estado, recorte del gasto social, benficiso fiscales a los más ricos… ahora desde la oposición exigen aumentos del gasto sin proponer fuentes de financiamiento responsables. Una paradoja que evidencia la ausencia de rumbo y estrategia compartida en el bloque opositor.
Inés Cortés: «Un presupuesto con el corazón puesto en las infancias».
Para la diputada Inés Cortes, el nuevo Presupuesto es «un paso fundamental hacia un Uruguay más justo», porque pone a las infancias y adolescencias en el centro de las prioridades del Estado.
«El presupuesto prioriza a los hogares más vulnerables, donde viven nuestros gurises que más necesitan del Estado», señaló. Entre las medidas destacadas, mencionó el incremento escalonado del Bono Crianza para mujeres embarazadas y niños y niñas de 0 a 3 años, y la incorporación del Bono Escolar, que garantiza útiles para todos los niños y niñas al comienzo de clases.
El presupuesto también fortalece los centros CAIF, los Clubes Niños y Centros Juveniles, ampliando la cobertura y el tiempo pedagógico, y promueve la desinstitucionalización de la infancia, priorizando alternativas familiares y comunitarias.
Cortés subrayó además el refuerzo de la salud mental infantil y adolescente, con la expansión de los centros «Ni silencio ni tabú» y la creación de un modelo específico dentro del Sistema Nacional Integrado de Salud.
Un dato clave es el quintuplicamiento de las becas Butiá para la educación media: «llegaremos a 70.000 adolescentes. No es solo apoyo económico: es una herramienta para reducir las brechas de clase», explicó.
Finalmente, la legisladora definió el espíritu del proyecto con una frase que resume su sentido: «Este presupuesto no es neutro: elige cuidar. Invertir en la infancia y la adolescencia es invertir en el presente y, sobre todo, en el futuro del país.«
Joaquín Sequeira: «Disciplina fiscal y justicia social no son opuestos».
El diputado Joaquín Sequeira destacó que el Presupuesto fue elaborado «en el marco fiscal más restrictivo de los últimos 35 años y sin mayoría parlamentaria» y que, sin embargo, mantiene la orientación social y progresiva del gobierno.
«Este presupuesto combina responsabilidad en el manejo de los recursos con una clara orientación hacia la equidad. La estabilidad fiscal no es un fin en si mismo: solo tiene sentido si se traduce en justicia social», afirmó.
Sequeira explicó que los cambios tributarios apuntan a generar más recaudación «sin aumentar la presión sobre el trabajo», mediante la localización de impuestos en territorio nacional y ajustes en la normativa tributaria. «Se trata de cerrar brechas de equidad y transparencia», señaló.
En síntesis, subrayó, el presupuesto refleja «una doble estrategia: corregir las cuentas públicas con seriedad y afirmar la justicia social como prioridad». Y concluyó: «El desafío político no es elegir entre disciplina fiscal o justicia social, sino sostener la estabilidad sin abandonar a quienes más lo necesitan.»
Julieta Sierra: «Un acuerdo enorme, fruto del diálogo y la escucha».
Luego de 42 días de trabajo intenso sobre el Presupuesto Nacional para los próximos cinco años, se logró darle media sanción al proyecto de ley que materializa el rumbo del gobierno encabezado por Yamandú Orsi. Un presupuesto que define con claridad sus prioridades: la protección social y el crecimiento económico como pilares fundamentales para el desarrollo del país.
Durante este proceso, la discusión fue ardua, con posiciones diversas y legítimas diferencias, pero siempre guiada por una búsqueda constante de encuentros y acuerdos. La versión que ingresó al plenario ya era distinta a la enviada inicialmente por el Poder Ejecutivo: en la comisión se incorporaron múltiples planteos de legisladores de la oposición, en una demostración de apertura política y de la voluntad de construir sobre la base del diálogo. Porque escuchar, subraya Sierra, no significa ceder principios, sino reconocer que nadie tiene la verdad absoluta y que la diversidad de miradas enriquece la construcción democrática.
El resultado de ese trabajo fue contundente: 84 votos en 99 legisladores respaldaron el proyecto, en una Cámara donde ningún partido tiene mayoría propia. Ese apoyo refleja la madurez del sistema político uruguayo y la capcidad de un gobierno que ha sabido marcar un tono de diálogo, responsabilidad y compromiso con el bien común, alejándose de las riñas políticas que tanto dañan la credibilidad de la representación pública.
«Somos servidores públicos, y como tales debemos desvelarnos por mejorar la vida de nuestros compatriotas, sobre todo de quienes siempre fueron dejados de lado por un sistema que solo profundiza las desigualdades». En esa línea, insiste en que no hay recetas mpagicas, y que la honestidad intelectual consiste en saber que las buenas ideas pueden venir de cualquier lado, si el objetivo común es un Uruguay más justo.
El debate presupuestal, en definitiva, demostró que aún en la diversidad hay una voluntad compartida de construir país. Que es posible debatir sin destruir, y que el rumbo trazado por este gobierno combina sensibilidad social, responsabilidad fiscal y una profunda convicción democrática.
Susana Camarán: «La revolución de las cosas simples está en marcha».
Desde la comisión de Presupuesto integrada con Hacienda, la diputada Susana Camarán destacó la magnitud del desafío: «Partimos con el peor déficit fiscal de los últimos 35 años, mayor endeudamiento y pobreza infantil alarmante. Pero con una hoja de ruta clara: los 63 compromisos asumidos por Yamandú».
Durante 35 días, la Comisión recibió a todos los ministerios, organismos y delegaciones sociales. «Fue una experiencia enriquecedora, un contacto directo con quienes, desde cada rincón del país, prenden un foco de esperanza», señaló.
Camarán valoró los acuerdos alcanzados con distintos partidos para lograr la media sanción y subrayó el protagonismo de la juventud: «¡Destaque especial para la barra jóven! Conocimiento, compromiso, solidaridad, empuje. La revolución de las cosas simples está en marcha, caminando firme».
Y cerró con una frase cargada de convicción: «Hoy, después de 42 días de intenso debate, puedo decir con orgullo: ¡sabremos cumplir!.»
Joaquín Garlo: «Un presupuesto vivo, abierto y construído colectivamente»
El diputado Joaquín Garlo subrayó que el Presupuesto Nacional «no fue un proyecto hermético», sino una herramienta que se fortaleció en el diálogo. «La impronta del gobierno encabezado por Yamandú Orsi se define por la apertura y la construcción colectiva. Escuchamos, dialogamos y transformamos esas voces en propuestas concretas», expresó.
Garlo explicó que, a partir de las reuniones mantenidas con organizaciones sociales y actores institucionales, el Frente Amplio presentó una serie de reasignaciones presupuestales que permitieron fortalecer áreas clave como la educación, la salud, la cultura, la discapacidad, la justicia y la ciencia y la tecnología.
Entre los avances más destacados, mencionó el incremento de $293 millones para la Universidad de la República, destinados a descentralización en el interior, becas y régimen de dedicación total; y la partida de $60 millones anuales para la salud mental y urología en el Hospital de Clínicas. La Universidad Tecnológica (UTEC), por su parte, recibirá $80 millones adicionales para ampliar su presencia territorial y sus programas de becas.
También se destacan las partidas para alfabetización en cárceles, CECAP, teatro independiente y recuperación del acervo de Cinemateca Uruguaya, así como fondos adicionales para los Parques Tecnológicos de Pando y Rivera y el Instituto Clemente Estable.
En materia de justicia y transparencia, el legislador valoró el incremento de $65 millones a la Fiscalía General de la Nación para equiparación salarial, y los $3 millones adicionales para la JUTEP, que refuerzan el compromiso del gobierno con la ética pública.
«Cada peso reasignado tuvo un sentido: fortalecer derechos, promover la igualdad y sostener políticas estratégicas para el desarrollo nacional», aseguró Garlo.
Y cerró con una reflexión que resume su visión del proceso: «Este presupuesto es una muestra de que el diálogo y la escucha pueden transformar un proyecto de gobierno en una construcción verdaderamente nacional».
Mariano Tucci: «Es tiempo de acuerdos, de construir juntos».
El diputado Mariano tucci resaltó que la aprobación del Presupuesto fue «una victoria política y republicana», porque se alcanzó lejos del bloqueo y a través del diálogo, la negociación y los acuerdos.
«La media sanción del Presupuesto representa un triunfo doble: se logró la unidad interna del Frente Amplio y, al mismo tiempo, se consolidó un clima de entendimiento con otras fuerzas políticas. Hubo una articulación muy sólida entre legisladores de experiencia y quienes recién asumen, con un rol clave de los compañeros jóvenes, que redoblaron su compromiso», destacó.
Tucci valoró especialmente el acompañamiento permanente del Poder Ejecutivo durante los 45 días de debate parlamentario: «Eso fue determinante para alcanzar una votación histórica: 84 en 99 diputados».
Para el legislador, el contexto hace aún más valioso el logro político: «Negociamos en medio del déficit fiscal más grande de los últimos 35 años y sin mayoría parlamentaria por primera vez en cuatro décadas. Y aún así, primó la responsabilidad republicana».
En su reflexión, Tucci marcó un cambio de época: «se inaugura un tiempo donde el camino del bloqueo parlamentario no es, ni será viable. Los partidos políticos entendimos el mensaje de la ciudadanía: nadie tendrá mayorías propias. Es el tiempo de construir, de consensuar, de sembrar una nueva cultura de entendimiento político, donde la confrontación respetuosa tenga su lugar, pero el centro sea la mano tendida».
Tucci evocó también la historia democrática del país: «El Uruguay siempre fue capaz de sentar en la mesa a quienes piensan distinto, de administrar diferencias y concentrarse en las coincidencias. Esa es nuestra mejor tradición».
El Frente Amplio, sostuvo su Presupuesto «con el espíritu de reconocer el trabajo y el compromiso de todas las colectividades parlamentarias», y con un propósito claro: cumplir con quienes históricamente quedaron atrás. «Con las niñeces y adolescencias, con los que laburan y no les alcanza, con los barrios trabajadores fragmentados por la exclusión y la violencia. Este presupuesto no busca refundar, busca reparar. Y lo hace con esperanza y con convicción: queremos un Uruguay donde nacer no sea un problema, donde ser joven no sea sospechoso y donde envejecer no sea una condena».
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