La solidaridad podrá con la codicia

26 de diciembre de 2019
Proteger a los débiles o a los fuertes, lo que estará en juego según «Pepe» Mujica

Pepe.

¿Qué hacemos y entre quiénes?

Desde hace ya más de un año, desde Gurises MPP nos propusimos acompañar y colaborar con personas que estudian educación media: apoyarlas, comprenderlas, promover tutorías personalizadas y aportar a su preparación para salvar los exámenes.

El proyecto funciona a partir de una propuesta de clases particulares con tutorías entre pares en la cual participan personas que voluntariamente quieren arrimarse a dar una mano y estudiantes que quieren preparar sus exámenes.

Para ello investigamos el funcionamiento de los exámenes e instancias evaluativas en liceo y UTU, diseñamos un método de trabajo, buscamos apoyo, convocamos voluntarios, conformamos un equipo multidisciplinario, convocamos a estudiantes y pusimos en marcha este proyecto.

Nos organizamos para desempeñar tareas, algunas de ellas similares a las que suceden en una institución educativa. Tomamos roles administrativos, docentes, de gestión y formación.

Esta experiencia no sería posible sin la organización y el compromiso de las personas que nos involucramos en ella.

Entre noviembre de 2018 y diciembre de 2019, más 2 mil estudiantes se prepararon para dar cerca de 3 mil exámenes, quienes fueron acompañados por alrededor de 150 educadores/as voluntarios/as.

Nuestro hacer implica planificar y organizar lo práctico en lo inmediato y durante ese proceso vamos modificando metodologías y adecuándolas a las diferentes situaciones que puedan surgir.

¿Por qué lo hacemos?

Desde nuestro rol en la sociedad, fue esta la forma que encontramos en este momento para contribuir a la construcción de una educación cada vez más democrática e inclusiva.

Creemos en una educación que sea liberadora, que dé herramientas de desarrollo para cada persona. Por eso, durante la preparación de los exámenes también compartimos valores de compañerismo y solidaridad con quienes se acercan.

Lo hacemos porque estamos convencidos/as de que la solidaridad es un valor y un principio muy importante para poder cambiar la sociedad, priorizando a quienes menos tienen.

Consideramos que dedicar nuestro tiempo en apoyar educativa y humanamente a personas que necesitan de ello es un bien directo a la sociedad, que tiene resultados tangibles para todas las personas que nos involucramos.

Entendemos que la Solidaridad Organizada significa involucrar más de lo de cada una/o y visualizar los valores que nos conectan cuando lo hacemos; conocer un poco más la realidad, las necesidades, los problemas y las ausencias de apoyos educativos que existen en el sistema de enseñanza media en base a las situaciones reales; el intercambio formativo entre educadoras/es sobre los procesos educativos y su sistematización; aspectos a mejorar; etc.

¿Para qué lo hacemos?

Lo hacemos para aportar un granito de arena a esta sociedad y a la educación.

Nos convoca el derecho a la educación y las dificultades que tienen algunas personas para ejercerlo, por diversos motivos. Queremos contribuir para cambiar al menos un poco esa realidad.

Abriendo las puertas entran estudiantes y voluntarios/as tan heterogéneos/as como nuestra sociedad, seres humanos con sus valores, diversidades, riquezas, desafíos, etc.

¿Cuáles son los desafíos actuales?

La experiencia rompió con toda expectativa, superándola y destrozando aquellas vagas ideas primarias que posibilitaron y dieron punto de arranque al proceso.

Tenemos la intención y las ganas de que este proyecto adquiera entidad propia y autonomía, desde valores que despierten la inquietud de interpelarnos sobre la realidad en la que vivimos y la voluntad de hacer algo al respecto.

Entendemos que otro de los desafíos actuales está en difundir este proyecto socio-educativo, colectivo y solidario en la sociedad y descentralizarlo.

Las clases de apoyo logran generar un vínculo, un compromiso, con cada familia que se acerca, pues es un proceso que trasciende lo académico. Y ahí, en las acciones diarias de las clases, es cuando también nos respondemos por qué lo hacemos: ser militante es mirar a nuestros costados e interpelarnos constantemente para saber qué estamos haciendo para tender un puente con otrxs.

La militancia es utilizar tiempo de nuestras vidas al servicio del progreso humano, en una construcción a largo plazo orientada hacia la justicia social. De allí que la experiencia de las clases de apoyo se vuelve más rica cuando en el proceso se fomenta la participación de individuos en colectivo y buscando usar el tiempo de su vida y el conocimiento adquirido de manera voluntaria.

Esta acción tiene un sentido profundo en la construcción subjetiva de todas aquellas personas que entendemos la militancia como una cultura de vida. Pues nos nutre, nos llena y regocija, no por el mero hecho de cumplir, sino porque en este proceso nos estamos construyendo como sociedad, como seres humanos. Algo así de simple es también clave para el desarrollo y un mañana en común.

La Solidaridad Organizada significa aprender a realizar una actividad política en la cual se van a encontrar fuertes resistencias así como para la cual tampoco se debe pedir permiso en el desarrollo de sus objetivos.

La democratización del conocimiento tiene un valor político. Y reivindicar el voluntariado es una forma de que las demás personas vean y sientan ganas también de tender puentes con otrxs. La democratización del conocimiento así como el “movimiento” de este parece ser clave en el nuevo escenario político nacional y latinoamericano. 

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