La diputada Lilián Galán analiza el proceso de recortes y repliegue estatal y sus consecuencias sobre la precarización de la vida.
El pasado martes, la Cámara de Diputados terminó la votación de la Rendición de Cuentas. Y si bien en 2024 tendremos una nueva rendición, esta no será más que un calco de la recientemente aprobada.
Con mucho pesar, como dijimos muchas veces, asistimos a un proceso de recorte y achique del Estado que comienza con el Decreto 90 del año 2020, se afianza con la LUC y tiene su corolario en el Presupuesto Quinquenal.
La bancada del Frente Amplio no acompañó con el voto este proyecto porque es una nueva muestra del modelo de desigualdad, que deteriora las condiciones de vida de la población, hipoteca el futuro y pone en juego a la soberanía nacional.
Trataremos de fundamentar nuestras palabras con datos muy duros, duros por incontestables y sobre todo duros por lo que implican.
En el 2022, el Producto Bruto Interno, con relación al 2021, tuvo un crecimiento del 4,9 %. Su valor se ubicó en aproximadamente 71.177 millones de dólares. Si lo comparamos con el PBI de 2019, el producto bruto interno en 2022 fue, aproximadamente, un 3,5 % mayor.
Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas, el diferencial de ingresos, a valores corrientes, entre 2019 y 2022 fue de 9.946 millones de dólares. Si dividimos ese monto entre los casi 3 millones 400 mil uruguayos que determinó el Censo 2011, resulta que en estos primeros 3 años de gobierno, cada uno de nosotros debería haber recibido un premio extra de casi 3.000 dólares por cabeza, sin importar la ocupación o la edad. Un hogar promedio con 4 integrantes habría recibido 12 mil dólares. Podríamos hacer una encuesta para saber qué habrían hecho nuestros ciudadanos si hubieran participado equitativamente del crecimiento del ingreso. Seguramente habrían dinamizado el mercado interno. Sin dudas hubiera sido mucho más eficaz como medida de reactivación económica un reparto equitativo del ingreso, que cualquier campaña con una nena hablando del círculo económico positivo.
Se ha sostenido que la caída del salario real con relación al crecimiento de la riqueza se compensa con la creación de puestos de trabajo, pero eso es parcialmente correcto. Si bien es cierto que se incrementó el empleo en 2022 y que eso implicó también un crecimiento de la masa salarial, si lo comparamos con 2019 vemos que el salario real promedio se ubicó un 3,5 % por debajo.
Para hacer una evaluación correcta de este crecimiento del empleo hay que tomar en consideración la situación de los trabajadores con salarios sumergidos y a los hogares y personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Los salarios sumergidos están afectando en mayor medida a los jóvenes, a los habitantes del interior del país y a las mujeres, siendo los trabajadores informales los más afectados y dentro de los sectores de actividad más afectados encontramos: el servicio doméstico (49 %), rural (47 %), comercio (44 %) y restaurantes y hoteles (44 %).
La situación del desempleo en el interior del país es dramática, ya es una realidad estructural con niveles de desempleo de dos dígitos y si bien hace unos meses los datos de desempleo eran preocupantes con varios departamentos con tasas mayores a 10 %, en los últimos meses se amplía este número y la realidad geográfica se complejiza, no solo es un problema en la frontera sino que también se ven afectadas otras zonas del país. Esto lo queremos enfatizar, porque esta coalición de gobierno prometió trabajar para el interior del país.
El interior del país está muy golpeado, con el final de las obras (iniciadas por el FA) de UPM y del Ferrocarril Central se siente de forma más intensa la falta de trabajo y la informalidad. Encontramos departamentos como Paysandú que presenta niveles en los cuales el desempleo llega al entorno del 12 %. Mientras que podemos identificar otra franja de más dificultades como el caso de Salto y Rio Negro donde se supera el 14 %. Por su parte, Soriano está en un escalón debajo de Paysandú que tiene variaciones, pero difícilmente baja del 10 %. También hay una situación muy compleja en el eje de la ruta 8 con el caso de Treinta y Tres con más de un semestre superior al 10 % y Lavalleja en el entorno del 10 %.
Lo mismo sucede en departamentos como Tacuarembó en 11,8 % de desempleo en junio, Durazno 11,7 %, Rivera 10,5 %. El único que está bajo en relación al resto, pero llegó a estar a la mitad es Florida que en la última medición llega a 7,4 % cuando hace unos meses no pasaba del 5 %. No podemos dejar de observar que cuanto más al norte de la Ruta 5 nos vamos, el problema se acrecienta en cifras y por los menores niveles de desarrollo y alternativas productivas más intensivas en mano de obra y generación de valor agregado. No es raro que este modelo económico genere esta situación, al contrario, es su objetivo. No estamos diciendo que su objetivo sea dejar un tendal de pobres, no creemos eso, sí es su objetivo dejar un pequeño grupo de privilegiados, en una situación más privilegiada aún.
Entonces, ¿dónde fue a parar el crecimiento de ingreso verificado en el PBI de 2022?
Si tomamos a las leyes de Rendición de Cuentas como reflejo de las políticas públicas del gobierno, podemos decir qué sectores no han sido beneficiados: la educación pública no fue beneficiada porque en los tres años que van desde 2020 a 2022, la ANEP vio recortados sus recursos en 222 millones de dólares y la Udelar en 81 millones de dólares. Tampoco la Salud, ya que ASSE sufrió un recorte en el mismo período, de 94 millones de dólares. Ni para las niñas, niños y adolescentes, porque el INAU y el Inisa sumados entre 2020 y 2022, tuvieron un recorte de 80 millones de dólares. Y el Mides, el encargado principal de las políticas para la población más desfavorecida, tuvo un recorte de 32 millones de dólares. Y tengo que seguir con la lista de a donde no fueron los recursos: el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial tuvo un recorte de 53 millones de dólares y, por último, el Poder Judicial tuvo un recorte, entre 2020 y 2022, de 108 millones de dólares.
En total, en los organismos que acabo de mencionar, en tres años se les recortó 664 millones de dólares. Es un recorte que comenzó en 2020 (pese a la pandemia) no nos vamos a cansar de señalar que, en la situación de más incertidumbre y freno de la economía, el gobierno siguió en piloto automático bajando el gasto público. El recorte se sostuvo en 2021 –pese al inicio de la recuperación económica– y, también, en 2022, a pesar de que el país produjo más riqueza que en 2019.
Cuando se trata del Pueblo no es ahorro, es precarización de la vida.
Fuentes: Instituto Cuesta Duarte. Informe sobre salarios. En: https://www.cuestaduarte.org.uy/informes-y-documentos-del-instituto/economicos Cámara de Representantes. Sesión especial del martes 17 de octubre de 2023. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=jehQnbGRilk
“Mi deber como ciudadano y militante político es renunciar y presentarme ante la justicia para dar todas las explicaciones”.
La historia la construyen los de abajo, con el corazón abierto para luchar contra las injusticias sin pedir nada a cambio. Los que construyen el sueño de una patria para todos.
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Por un país que cuida la seguridad y orienta los recursos del Estado a atender lo que debe atender, no para perseguir intereses políticos, expresó Yamandú Orsi.