Un sentido homenaje al compañero Danilo Astori

Escribir una biografía laboral y académica sobre Danilo Astori sería algo tan extenso como insuficiente. Por lo tanto, comencemos de otra forma.

Todos saben o serán informados sobre Astori como el decano de la Facultad de Economía más joven de la historia del país, en 1972. Pocos sabrán que pasó dos meses en prisión por la dictadura. En octubre de 1973, la casa mayor de estudios cayó en la intervención militar. Y un coronel presentó su revólver sobre el escritorio del decano Astori porque quería saber dónde estaban “las armas”. De allí, derecho a la cárcel.

Es decir que compartió el mismo destino de tantos estudiantes universitarios y uruguayos en general, porque su compromiso con lo que pasa en su país fue su vocación. A La Diaria, quien rememoró este hecho en su especial por el Golpe de Estado, le confesó que jamás se le ocurrió irse del país.

Conoció a Wilson Ferreira durante los años como ministro de Ganadería de aquel, con un Danilo como director de Opypa, un organismo especializado en políticas agropecuarias. Fue decano, como establecimos, y en 1978 fundó el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo – Uruguay (Ciedur). En 1980 publicó sus columnas para el semanario Opinar y, ya en 1983, emitió una columna sobre análisis económico en la histórica CX30 Radio Nacional. El semanario Aquí, Brecha, la revista Tres e incluso El País, contaron con su pluma.

Con todo este bagaje académico, entró a la puerta grande del Frente Amplio ya desde sus inicios como fundador y colaborador de Líber Seregni. Lo acompañó en la fórmula presidencial que el Frente Amplio propuso en las elecciones de 1989. Y posteriormente fundó Asamblea Uruguay, uno de los sectores relevantes de la izquierda uruguaya.

“Los principios”: libertad, justicia, producción y trabajo

Es habitual establecer las diferencias entre el discurso técnico y el político, más emotivo. En Astori, el conocimiento y la academia era la herramienta para que el Frente Amplio construya las propuestas que viabilicen una alternativa que favorezca a los intereses de las grandes mayorías. Es por esto que protagonizó muchos debates en diarios, radios y medios de comunicación, con paciente calma, para explicar y construir los caminos que llevarían al país a nuevos rumbos, más justos.

Esa búsqueda por nuevos rumbos lo llevó a pelear siempre por “el programa”, en un marco de unidad. En 1989 dijo en el Congreso del FA: “prometo trabajo incansable, energías sin desmayo, lealtad sin sombras a nuestros principios. Ir multiplicando la fuerza incontenible de quienes tienen la historia a su favor, la historia de la verdad y la razón frente al vacío de verdad y razón”.

“El programa”, como sinónimo de sueños proyectados con la participación del pueblo, estuvo siempre entre sus desvelos como revela el mismo discurso de 1989: “todos los frenteamplistas queremos luchar por convertir a esta tierra en una tierra de productores y no de especuladores, y por eso es que todos los frenteamplistas levantamos hoy un programa en el que queremos llenar las instituciones de participación”.

El sueño de la derecha fue un Astori en soledad, pero fue un auténtico constructor del frenteamplismo. Basado en programas políticos claros y abiertos, inspirados por los valores originarios en permanente revisión con la realidad. Y, con la bandera del Frente Amplio, en diálogo continuo para alcanzar las mayorías. La meta era la felicidad pública de siempre, para todos los uruguayos. Incluso en las épocas más duras, cuando la crisis de 2002 parecía llevarse todo al río.

Un gobierno de bases sólidas y cambios profundos, con la prioridad en la gente

Cuando llegó la hora, en 2005 asumió el Ministerio de Economía y Finanzas del primer gobierno izquierdista del Uruguay. Como resultado, impulsó una reforma fiscal que simplificó la tributación en pocos impuestos, dio garantías al ahorrista frente al sistema financiero, el Banco República se constituyó en pilar de la plaza bancaria, redujo ostensiblemente la deuda uruguaya, desligó al país del Fondo Monetario Internacional como no ocurrió en los anteriores 50 años. Y, fundamentalmente, comenzaron a pagar más quienes más tienen y menos quienes tienen menos, los salarios crecieron así como jubilaciones y pensiones, y a mayor ritmo los salarios y pasividades mínimas, así como otras tantas medidas de los primeros 15 años de frenteamplismo en el Gobierno.

Compartió fórmula con el compañero Pepe Mujica en 2014 y los uruguayos renovaron su confianza por el Frente Amplio. Cumplido el primer año, en 2016, Danilo fue la voz del Gobierno en la cadena de radio y televisión dispuesta para tal fecha. Allí, expresó que el Gobierno del Frente Amplio prioriza a la gente, a los uruguayos sin voz, los más débiles, las niñas y los niños y los más humildes.

“El progreso, la justicia social y en la distribución de la riqueza, la libertad y la democracia, la convivencia y la seguridad, dependen cada día más de nosotros mismos y las uruguayas y uruguayos nos sentimos confiados y exigentes”. Con esa misma confianza, Danilo, con esa misma exigencia, tomamos las banderas y nos preparamos para ser, otra vez y siempre renovados, en la esperanza sobre las bases sólidas por las que tanto peleaste para construir el mejor Uruguay posible.

Hasta la victoria, Danilo. ¡Siempre!

«Yo creo que el FA tiene que apostar a su renovación ideológica permanentemente y a su renovación organizativa, de modo de asegurar que podamos escuchar todas las voces que hay en el FA, donde tenemos principios de acción comunes pero también tenemos diferencias en cuanto a la aplicación de esos principios, que son diferencias ideológicas que no podemos negar, pero tenemos que estar dispuestos a escuchar a todos los compañeros. Y finalmente la renovación generacional, que es muy importante también.”

Danilo Astori