Pepe Mujica: hay que llenar de pueblo a la idea de la unidad latinoamericana

La integración fue el sueño de los grandes líderes y pensadores del continente. Pero, sin el pueblo, nunca lograremos conquistas definitivas, dijo José Mujica.

La lucha por la integración no empezó con nosotros, rememoró Pepe en Foz de Iguaçu durante la Cumbre por la Integración de los Pueblos. Desde Bolívar, centenares de militantes, políticos, de gente importante, de movimientos estudiantiles que cambiaron la historia. Por tanto, el mensaje de Pepe del viernes 23 se dirigió a los militantes congregados porque son ellos, definió, quienes son capaces de llegar a lo que puede desbalancear la historia, que son los pueblos. Sin ellos, nunca lograremos conquistas definitivas.

Hoy estamos con los problemas de nuestra época. Nunca la humanidad tuvo tanto, pero nunca tuvo tantos problemas, desaciertos y peligros. Hay males que son globales. Estamos organizando “un sartén”, para las generaciones que vienen. Cada vez hay más países con la bomba atómica, las Naciones Unidas son un desastre, nunca tuvimos tanta tecnología ni tanta desigualdad.

América Latina es el 6% de la población del mundo, pero puso el 30% de los muertos por covid. Nuestros presidentes fueron incapaces de juntarse para decirle al mundo rico que necesitamos el conocimiento de los seis países que tienen montada la inteligencia para hacer vacunas. Cada cual salió por la de él y ni siquiera miramos a Cuba.

Discutimos 22 años el acuerdo Mercosur – Unión Europea y nada les va a venir bien porque la cuestión agrícola ellos tienen desventaja y no les conviene. Pero al mismo tiempo el comercio entre nosotros es miserable. Hace 50 años tenemos un ALADI y hay presidentes que ni saben que existe ese organismo, destacó Pepe. Pensamos siempre el final del cuento, soñando con una moneda única, cuando tenemos que aprender a negociar con nuestras monedas perchientas y no depender del dólar, porque la historia de la humanidad enseña que primero fue el comercio y después la moneda.

El pueblo como verdadero protagonista de la unidad latinoamericana

¿Por qué estas dificultades y fracasos? Porque la integración fue una cuestión planteada siempre por líderes, pero el pueblo nunca fue convocado y, si no convocamos al pueblo, no habrá integración jamás, estableció Pepe ante un gran auditorio.

Para Mujica, es necesario el largo trabajo de masas para que entiendan que su salario, trabajo y estabilidad está ligado a la defensa de los intereses comunes. Pero primero tenemos que ganar pueblo para tener fuerza. Los gobiernos pueden fallar, lo que da garantías es que la base del pueblo entienda y empujen, porque la historia no la hacen los grandes caudillos, la hacen las masas que se enfilan atrás de algo. Pero hay que ganarlas. Habrá gobiernos que irán para un lado o el otro, nuestra tarea es convencer al pueblo. Tenemos que hacer un programa mínimo y posible, porque al pueblo no lo vamos a convencer solo con la bandera de “la patria grande”.

Un primer escalón posible de cambios para la gente

¿Qué hacer para construir una unidad posible? Una brigada de bomberos por país organizada para ofrecer su esfuerzo ante las grandes catástrofes que puedan ocurrir en nuestros países. Es posible. O hablar con los organismos policiales, que piensen en viajar sin visa en todo el continente, en el marco de nuestra civilización digital.

O hablar con los médicos para coordinar los bancos de órganos porque es una cuestión de vida o muerte. O un hospital continental especializado en enfermedades raras en países grandes, algo imposible para países chicos. Hay que juntar las fuentes de energía en la frontera.

Y tenemos que hablar entre los gobiernos para que no nos pisemos entre nosotros en los círculos internacionales. Acordar una posición continental, hacernos cargo de las deudas sociales.

“El mundo universitario tiene responsabilidad en esto y el estudiantado tiene que participar en esta lucha. ¡Hay que hacer títulos para América! Si no peleamos para mantener la inteligencia, ¿qué estamos haciendo? ¿Gastando plata para que se vaya a trabajar a otro lado? Tenemos que crear en nuestras universidades los posgrados en nuestra América para no tener que ir al mundo rico”, ejemplificó Pepe ante el aplauso de los presentes.

Esto no se supera con ganas o consignas, esto es trabajo de masas, no son cuestiones de poder adentro de los países. Son un conjunto de medidas que hay que desatar para hacer más fuerte a nuestra América Latina en un mundo que se globaliza. Pero no puede resolver las injusticias de las sociedades. Esto no sustituye la lucha política.

Agrandar la cancha como estrategia

Por esto mismo, agregó, estas cuestiones no son de izquierda o de derecha, esto es de ser o no ser. Hay que buscar aliados por todas partes, hay que agrandar la cancha. Y esto significa diversidad. Hay que multiplicar la fuerza y hay que tener coraje intelectual para esto. Necesitamos empresarios que defiendan esto y nos vamos a pelear con estos mismos empresarios para la distribución de la pobreza.

Porque, compañeros: el poder del mundo está organizado y está en el mundo rico. Nosotros llegamos tarde, estamos como tres siglos atrasados. Para multiplicar nuestra fuerza los pobres debemos juntarnos. Podemos tener diferencias y matices, lo dice un viejo que pertenece a una fuerza política que tiene 55 años como lo es el Frente Amplio. Y aprendimos que hay que mantener la unidad con la diversidad. Es posible.

Hay cosas que son increíbles. Viene una multinacional, como precisamos trabajo le damos ventaja. Y si tenemos un pleito hay que hacerlo allá. Y acá en América tenemos una Corte de DDHH, pero no hicimos una corte de derecho comercial. A la Argentina la van a clavar unos tránsfugas y así sucesivamente…

Esta es otra cosa por la que nos tenemos que integrar, para ponerles condiciones: que los pleitos se arreglen acá y si no que no vengan. Pero para eso tiene que ser el continente porque si uno le dice esto el otro se lo lleva. Nos pisamos la manguera, carnereamos entre nosotros.

¿Significa esto perder la soberanía? ¡No! Al revés, es tener fuerza para pelear la poca soberanía que nos queda, que es distinto.

Un nombre propio para nuestras Américas

Por eso, a los jóvenes les quiero transmitir: la juventud es la preparación para ser viejo y ojalá que lleguen; poque la vida es hermosa a pesar de tropezones, heridas y las fallas humanas. Estamos programados para querer la vida. Queremos vivir, pero nos vamos a morir y tratamos de prolongarnos en nuestros hijos, en lo que tenemos. Hemos inventado religiones, más “allás”, dioses. Somos atávicos, necesitamos banderas e himnos porque necesitamos símbolos.

Necesitamos un nombre para nuestra américa, no podemos aceptar el que nos impusieron de afuera. ¿Cómo vamos a integrar a los que vinieron de África para cultivar azúcar en nuestro continente? ¿Cómo incorporamos a los pueblos indígenas, a los que vinieron del mundo árabe, asiático, descendientes de japoneses? De todos lados vinieron. Necesitamos esto para que en todas las escuelas de nuestra américa haya un día para nuestra comunidad. Para la nuestra, para la sufrida, para educarnos en una bandera. Tenemos que “auto ponernos” un nombre, no el de los colonizadores.

¿Por qué? Tenemos un tesoro cultural, es criminal que no nos demos cuenta que componemos una comunidad con muchos países, colores y tradiciones.

No dije esto para convencerlos sino para que piensen, para que tengan la magnitud de la tarea que tenemos por delante. Esto no sustituye la lucha interna en los países. No le pidamos todo a la integración, tenemos que pensar que esto es parte de otra cosa. La función principal es agrandar la cantidad de gente que comprenda esto.

Todos los fracasos anteriores son consecuencia de que jamás se convocó al pueblo para que entienda esto. No es un proceso de consignas y calenturas, es un convencimiento largo. Los invito a que piensen en estas cosas y las transmitan. La vida se gasta y se va y la gran pregunta es: en qué gastas el milagro de haber nacido, el más grande que podemos tener.

“Gracias, queridos compañeros”, finalizó Pepe.