El próximo martes en la Cámara de Representantes se votará la Rendición de cuentas 2024. En caso de no aprobarse los artículos propuestos, las consecuencias serían profundamente desfavorables para el país. Por un lado, Uruguay quedaría imposibilitado de emitir nuevo endeudamiento para financiar las cuentas públicas, lo que afectaría directamente la capacidad del Estado para cubrir su déficit y cumplir con sus obligaciones financieras. Por otro lado, y más grave aún, no accederíamos a los créditos presupuestales necesarios para sostener servicios imprescindibles, como poder costear los medicamentos de los hospitales. Esto comprometería seriamente la salud de miles de uruguayos y uruguayas.
Lucía Topolansky recuerda un episodio que define muy bien al Frente Amplio siendo oposición. Corría el gobierno de Jorge Batlle y se estaba discutiendo la Ley de Presupuesto —una ley extensa que constaba de 650 artículos—; quedaban apenas unos minutos para que venciera el plazo constitucional y aún faltaban por hablar referentes como Enrique Rubio y José Pepe Mujica. En ese momento se pidió un cuarto intermedio, se llegó a un acuerdo y se votaron los artículos sin haberlos leído en detalle. Luego de la votación, se retomó el uso de la palabra. Aquel día, la oposición demostró una altura política notable, ya que entendió que siempre es mejor que haya presupuesto a que no lo haya. Porque gobernar también implica una responsabilidad compartida, y cuando está en juego el bienestar colectivo, no hay lugar para especulaciones partidarias.
Por eso este martes es clave. No es una sesión más, se trata de garantizar que el Estado pueda seguir funcionando. Con cada voto que se sume a la aprobación de esta Rendición de cuentas, estaremos afirmando que la política sigue siendo esa herramienta capaz de mejorarle la vida a la gente. Esperamos que, como en aquel episodio del 2000, prime la sensatez y el compromiso institucional, porque no se trata de defender al gobierno, sino de defender al país.
“Hay una confusión y una política tan minúscula que a mí me llama la atención”, dijo el diputado Valdomir.
Para Uruguay, el desafío es doble: debemos avanzar sin perder nuestra identidad democrática, sin desbarrancar por la pendiente de los atajos, pero dando señales claras de transformación.
La reciente aprobación de la Rendición de cuentas nos dejó enseñanzas muy interesantes. Lejos de referirme a aspectos cotidianos vinculados a la agenda del gobierno, en esta instancia centraré el análisis desde otra perspectiva, una que me preocupa más que cualquier discusión coyuntural.
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