El pueblo uruguayo tendrá en su fiesta de la democracia de este 1.º de marzo, como la definió Alejandro Sánchez, la visita de representantes de todo el mundo.
El secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez, y el canciller designado, Mario Lubetkin, informaron sobre la transmisión de mando, fiesta de la democracia uruguaya, en el marco de un cambio de mando ordenado, ajustado a nuestras tradiciones y con un muy buen nivel de diálogo.
Sánchez remarcó sobre los 40 años de democracia sin interrupciones, en el marco de un esfuerzo de varias generaciones y muchos sacrificios para construir, consolidar y fortalecer a nuestra democracia.
Y, en esta ocasión, en conferencia de prensa en Torre Ejecutiva, tanto Sánchez como Lubetkin explicaron algunos detalles de la ceremonia de transmisión del mando, este 1.º de marzo, expresión de la voluntad popular manifestada en las urnas y el inicio de un gobierno con ganas de trabajar por los desafíos que tiene el Uruguay.
Sobre las 13:45h, el presidente electo, Yamandú Orsi, y la vicepresidenta Carolina Cosse, llegarán al Palacio Legislativo para la promesa constitucional ante la Asamblea General. Luego se trasladarán hacia la Plaza Independencia, con una señal de los nuevos tiempos.
Porque el vehículo que trasladará al presidente y la vicepresidenta será eléctrico. Sánchez subrayó a la transición energética como un tema imprescindible que el Uruguay está en condiciones de comprometerse.
A las 16:30h llegarán a la Torre Ejecutiva para el inicio de la ceremonia de traspaso de la banda presidencial, la concreción del cambio de mando. Con esa ceremonia, quedará impuesto en su cargo el presidente Yamandú Orsi.
Como fiesta de la democracia, habrá un espectáculo artístico para todos los uruguayos que quieran participar, con artistas nacionales. “La democracia ha costado muchísimo sostenerla, cultivada y fortalecida por varias generaciones, para nosotros la democracia se debe festejar”, finalizó Sánchez, quien reconoció el compromiso republicano de funcionarios de Cancillería, Torre Ejecutiva y el equipo de transición.
El canciller designado subrayó que ésta será la ceremonia con mayor participación de mandatarios y jefes de Estado y de gobierno en la historia desde la recuperación democrática de 1985. También de las mayores convocatorias en América Latina de los últimos años.
En síntesis, serán catorce presidentes, representantes de 21 organismos internacionales y regionales, 65 países confirmados, 185 delegados extranjeros, así como decenas de empresarios de primer nivel.
Es la primera vez que en un cambio de mando asisten tres presidentes europeos: España, Alemania y Armenia. Hay muy pocos antecedentes de cambio de mando con la concurrencia de un presidente alemán, explicó.
Hay seis jefes de Estado sudamericanos: los países del Mercosur (en Argentina suele coincidir el inicio de la actividad del Congreso, por lo cual no está confirmado), el presidente chileno, colombiano y el boliviano quien, además, ocupará próximamente la presidencia de la Celac.
De Centroamérica llegarán tres presidentes: Honduras (actual presidenta de la Celac “y esto no es casual”), Panamá y Guatemala, hijo de exiliados que nació en Uruguay, así como el presidente de la República Dominicana, zona fronteriza con uno de los mayores dramas de nuestro continente como es Haití.
A ellos, se sumarán enviados especiales de los presidentes chino y coreano, así como doce ministros de Estado de México, Italia, Portugal, Reino Unido, India (primera vez en la historia uruguaya), la Santa Sede, Irán, y el enviado especial del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas.
Los gobiernos pasan, los Estados quedan. Como país libre, abierto y democrático tenemos que mirar hacia adelante, remarcó Lubetkin.
Y Sánchez, a su turno, subrayó que el gobierno que va a asumir quiere mantener relaciones diplomáticas con todos los países, más allá de visiones ideológicas sobre lo que pasa dentro de los países o las características de los presidentes.
Desde el día uno se estableció que las invitaciones serán a los países, no a los presidentes, por varios motivos: para cuidar a la diáspora uruguaya; porque un país pequeño necesita vender su trabajo al mundo mediante una inserción internacional que permita abrir mercados, y porque en el mundo de la polarización, el Uruguay puede dar un aporte a un mundo tan conflictivo.
Lo relevante es que habrá representación diplomática de todos los países más que la polémica sobre la opinión sobre un presidente o gobierno, lo importante es cómo el país aprovecha la oportunidad para seguir siendo una plataforma de diálogo y solución de controversias, festejando 40 años de democracia y libertad.
Por otro lado, Lubetkin adelantó que al día siguiente del cambio de mando habrá una conferencia de prensa del presidente Yamandú Orsi y su par alemán, Frank-Walter Steinmeier, en Torre Ejecutiva.
A esto se sumará una visita de delegaciones internacionales a una de las joyas del Uruguay: el Plan Ceibal y su proyección hacia la inteligencia artificial.
Y también un diálogo en Montevideo entre ministros de Ambiente que prepararán la próxima Conferencia sobre Cambio Climático COP30, que se realizará en la Amazonia.
Lubetkin expresó que los presidentes latinoamericanos que llegarán al Uruguay por el cambio de mando provienen de todos los colores políticos de la región, pero hay un mensaje central que es la integración y la articulación de nuestra América Latina.
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